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Fue noticia en 1948

El emblema del cine

El Fraga se inauguró el 27 de marzo de 1948 con la película "Botón de Ancla" y cerró en 2001

El anuncio publicado en el Decano el día que se inauguró. // FdV

Isaac Fraga Penedo presentó en el Ayuntamiento de Vigo su proyecto para construir un gran cine que también serviría como teatro. Era 1941 y el empresario, propietario de numerosas salas en varios lugares de España, consideraba que la llegada del cine en color y con sonido era el futuro. No se equivocaba. Tenía una gran relación con la ciudad y le convencieron para construir un centro de referencia. En el mismo solar donde se encuentra hoy en día el edificio, se quiso desarrollar un proyecto de sala de fiestas que fracasó.

Contaba a su favor que en el espacio se encontraban dos casas que eran propiedad de Isaac Fraga. Las derribó para desarrollar su idea. Se la encargó a Luis Gutiérrez Soto, un arquitecto madrileño. Las obras se prolongaron durante siete años y superaron numerosas dificultades. Bernardo Carratalana y Arturo Fraga, familiar del empresario, fueron también los que colaboraron en su construcción.

Todo el proceso quedó reflejado en multitud de fotografías. Muchas de ellas se conservan hoy en día. En el mismo participaron muchas empresas viguesas, pero también de otros lugares de España. Por ejemplo, Casa Carlos de Madrid se ocupó de la decoración. Los escayolistas llegaron a la ciudad procedentes de varios sitios. Era especialistas cualificados.

El 27 de marzo de 1948 se inauguró de manera oficial. Se realizaron dos actos. Uno de ellos tuvo lugar en el Hotel Moderno. A la comida asistieron una multitud de autoridades, entre las que figuraban alcaldes, el rector de la Universidad de Santiago y el empresario. Isaac Fraga se mostraba orgulloso de su obra, con la que celebraba el cuarenta aniversario de su empresa. El acto fue privado.

Quedaba otro, también restringido pero con mayor presencia de personas. Se llenaron los 1.758 butacas para ver "Botón de Ancla", la película producida por Cesáreo González, un vigués impulsor del cine español a través de Suevia Films. Fue dirigida por Ramón Torrado y las escenas se habían rodado en Marín y también en Vigo. Entre el elenco de actores se encontraban Fernando Fernán Gómez, Antonio Casal, Jorge Mistral, Isabel de Pomés y María Isbert. En alguna secuencia aparecía Xan das Bolas, un personaje gallego muy popular en aquella época.

Al término de la película, los presentes dedicaron un gran aplauso a Isaac Fraga. Comenzaba una nueva etapa en el cine vigués. En los días siguientes, las proyecciones se realizaban a las 4.45, 7.30 y 10.45 horas. Había sesiones todos los días de la semana. Con el paso del tiempo, el Cine Fraga se convirtió en la referencia en la ciudad y también en los alrededores.

Y así fue hasta el 28 de junio de 2001, cuando se apagaron sus luces. Durante ese tiempo se encontró con una fuerte competencia que le hizo perder espectadores. Sin embargo, se mantuvo siempre fiel a su filosofía. Sus grandes carteles eran ya un símbolo en la ciudad.

Numerosas dificultades

El Cine Fraga superó numerosas dificultades. Una de las más graves fue el incendio en 1988 que destruyó parte de sus instalaciones. Fue reconstruido en el corto espacio de tiempo de tres meses. Desde algunos sectores se criticó que las instituciones públicas no ayudaran en esa labor. La afrontó el empresario en solitario.

También la aparición de la competencia fue un duro golpe. Se cambiaron los hábitos y era necesario cierta renovación. Por eso, la empresa decidió diseñar dos salas más pequeñas, con una capacidad inferior a las cien butacas. Pero el principal siguió existiendo sin ninguna modificación. Además de la platea, disponía de una zona elevada que contaba con gran aceptación entre el público. El cine también contó durante mucho tiempo con otro aliciente, ya que entre 1973 y 2007 se ubicó en los bajos la emblemática sala Nova Olimpia.

La desaparición del cine Fraga dejó huella en muchos vigueses, que le consideraban como un símbolo. El edificio pertenece hoy en día a Abanca, que lo destinará a actividades culturales una vez que termine su restauración encargada al arquitecto César Portela.

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