Más que nunca Maersk mira con lupa los costes de sus operaciones para escalar en el puerto menos caro. La razón de que ahora se rasque tanto el bolsillo se debe a que los beneficios de la naviera mayor del mundo, con divisiones en el sector del transporte marítimo y la extracción del petróleo, cayeron el año pasado un 82,2%, y para el actual ejercicio económico prevé que los resultados continúen en la misma línea. El director ejecutivo de la compañía danesa, Nils Andersen, reconoció en una entrevista el pasado mes al periódico Finantial Times que la bajada del precio del crudo y de los fletes hacen que las previsiones no sean halagüeñas. Y es que incluso trabajan con la idea de que el escenario económico sea peor que en 2008, cuando comenzó la crisis económica.

Andersen dijo al rotativo británico que, a pesar de que las perspectivas no son las mejores, la multinacional afronta estos momentos en una situación más favorable que antaño e incluso se podría beneficiar ante la competencia. Esto se debe gracias a que durante los últimos años la empresa ha reducido su deuda, por lo que se encuentran en una condición más favorable a la que se enfrentaron al inicio de la crisis financiera.

Sobre el departamento de transporte que la compañía desarrolla a través de la marca Maersk Line, el directivo apuntaba que la actividad apenas creció un 1% durante 2015 mientras que para el ejercicio actual los estudios apuntan a que el crecimiento se mantendrá en torno al 1 y al 3%, muy lejos de las cifras conseguidas antes de la crisis económicas cuando se logró superar el 10%.

Estos datos se contraponen al aumento del 6% de la capacidad de sus buques. La proliferación de nuevos barcos que cada vez pueden soportar mayor carga ha provocado que la compañía decidiera incluso paralizar cuatro de sus embarcaciones a finales del pasado año debido a la bajada de la demanda. Asimismo, mantiene los pedidos de 27 nuevas unidades, aunque Andersen adelantó que han cancelado cualquier opción de nuevas compras.

El aumento de tamaño de estos mercantes ha provocado un excedente en el número de embarcaciones. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ya se mostró escéptico con los denominados megabuques, no sólo por el incremento desmedido de la oferta que ya se está creando sino también por los costes derivados en los puertos, que tienen que adaptar sus infraestructuras.

La naviera danesa cuenta con el que hasta hace poco más de un año era el buque para mercancías más grande del mundo. El Mærsk Mc-Kinney Møller está entre los denominados Triple E, que cuentan con capacidad para transportar más de 18.000 contenedores TEU. Botado en 2013, ostentó el título de coloso hasta que primero el chino CSCL Globe le superó en noviembre de 2014 y, dos meses después, hizo lo propio el Oscar de MSC, otro barco para el transporte de containers que tiene espacio para albergar 19.224 depósitos.