| Los estragos de la plaga del picudo rojo son visibles en cualquier zona del municipio vigués. No hay espacio público ni privado sin una sola palmera que se haya salvado del voraz escarabajo. Los ejemplares retirados superan el medio centenar. Los últimos, uno ayer en la playa de Canido (en la imagen) y otros dos en la calle Tui (Coia).