La Universidad podrá construir en la ETEA la sede corporativa del Campus del Mar y otras instalaciones cinco años después de lanzar esta agrupación de 3.000 científicos que el pasado diciembre obtenía el sello de excelencia de forma definitiva. La participación de Zona Franca ha sido definitiva para que la institución académica disponga de dos de las parcelas reservadas para usos científicos y tecnológicos en el plan sectorial aprobado por el Gobierno gallego en 2012.

Ayer el Consello de la Xunta autorizó el convenio por el que dichos terrenos serán revertidos a Zona Franca y ésta, a través de otro acuerdo que deberá ser refrendado por el Consorcio, los cederá de forma gratuita a la Universidad por un amplio periodo de tiempo.

"Estamos muy contentos. Después de mucho pelear ésta es una buena noticia para la Universidad y para la toda la ciudad. Agradecemos el apoyo del presidente Feijóo, y de la conselleira Ethel Vázquez, así como la complicidad de la delegada de Zona Franca, Teresa Pedrosa, y del alcalde de Vigo. Siempre hubo voluntad política pero la situación era muy compleja a nivel técnico e ideamos un nuevo sistema en el que empezamos a trabajar con la ayuda de todos hace un año. No hemos parado de pelear", destacaba ayer el rector Salustiano Mato.

La clave para desbloquear la situación ha sido la implicación de Zona Franca en proyectos vinculados al Campus del mar como el centro de innovación gastronómico o el programa Emprendemar, que incluye un vivero de empresas y acciones de internacionalización, aceleración y emprendimiento. "Se plantearán colaboraciones con cofradías y hemos solicitado financiación para un proyecto europeo relacionado con la investigación y la alta cocina", apunta Mato.

Ambos centros se ubicarán en el Edificio Siemens, cuya rehabilitación correrá a cargo del ente estatal. Mientras que la sede del Campus del Mar ocupará el Faraday.

"Una vez que el plenario del Consorcio ratifique la cesión tendremos que hacer un proyecto de rehabilitación para el que pediremos fondos europeos. Y tenemos que ver si ya podemos habilitar algunas oficinas antes", explica Mato.

El acuerdo también implica la reversión de una segunda parcela más alejada del mar para la que se prevén edificios de nueva construcción dedicados a tecnologías avanzadas en biotecnología, energía marina, exploración submarina y una base de observación del océano. "Haremos un grupo de trabajo con la Xunta para desarrollar un programa de necesidades. Y el IEO irá con nosotros, le daremos lo que necesite".

En la parcela anexa está prevista la nueva sede de Investigaciones Marinas-CSIC. "Tienen intención de retomar el proyecto, a ver qué deciden", apunta Mato.

El rector asegura que los nuevos espacios de la Universidad y Zona Franca serán "impactantes": "Generarán ilusión y empleo, fruto del trabajo en conjunto de todos los socios del mar y de las administraciones implicadas", destaca.