Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Luis Gonzalo Seguro: "La falta de libertad en el Ejército es un caldo de cultivo para las malas prácticas"

El exmilitar busca sacar a la luz pública "la cara oculta" de las Fuerzas Armadas

El exteniente Luis Gonzalo Seguro comenzó a denunciar la corrupción de las Fuerzas Armadas cuando todavía pertenecía al Éjército de Tierra. Aquella acusación pública a través de una novela le llevó a ser detenido en un centro disciplinario más de cuatro meses. Su segundo libro, Código Rojo, provocó su expulsión tan solo un día después de su publicación. Segura escribió el relato durante gran parte de aquellos días que pasó retenido. Ayer estuvo en Vigo para ofrecer una conferencia bajo el título La cara oculta del Ejército en la que repasó algunos de los temas más polémicos de su libro como el narcotráfico dentro de la institución.

-¿Cuál es la historia real que se esconde tras el relato ficticio?

-El esqueleto de realidad es sobre todo denunciar a los poderes que se están beneficiando con las Fuerza Armadas tal y como están, porque siguen siendo a día de hoy un ente que no ha evolucionado prácticamente nada en muchas aspectos. Y ahí analizo una serie de problemáticas que son tráfico de drogas, tráfico de armas... Esto es algo más frecuente de los que nos podríamos imaginar.

-¿El tráfico de drogas dentro del Ejército es habitual? ¿Defiende que se produce con la connivencia de altos mandos?

-El buque Juan Sebastián de Elcano fue localizado con 127 kilos de cocaína. Hace cuatro meses encontraron 200 kilos de hachís en un cuartel de la Legión en Almería. Son solo dos de los últimos hechos y están publicados. Hay una enorme permisividad. Y en cuanto al tráfico de armas, en 2013 el juez Elpidio Silva denunció tener correos electrónicos que vinculaban a José María Aznar, los hermanos Agag y Miguel Blesa con el tráfico de armas. Creo que es obvio que están pasando cosas que al ciudadano no se le informan. Desde este punto de vista la novela es más informativa que literaria y ofrece las piezas para hacer el puzzle.

-Retrata también en el libro los suicidios dentro del Ejército...

-Más de 450 guardias civiles se han suicidado desde el año 82 hasta la actualidad, lo cuál supera la media de la ciudadanía. Es un tema que no se trata, se esconde permanentemente y es algo que habría que analizar, tanto los suicidios como los maltratos.

-¿Las Fuerzas Armadas pueden ser tan corruptas y opacas como las presenta? ¿No exagera?

-Entiendo que la mayoría de ciudadanos al estar completamente desconectados de las Fuerzas Armadas puedan dudar, de hecho esa es una de las consecuencias negativas de su profesionalización: antes todos teníamos las historias de la mili y entonces sabíamos, aunque fuera de manera indirecta, cómo estaban las Fuerzas Armadas. Pero esto ya no es así. Por eso lo pido que externalicemos la justicia militar, que los órganos de control pasen al Ministerio de Hacienda y que la guardia civil se desmilitarice y pase al Ministerio del Interior. No pido nada que no se haga en la mayoría de países de Europa. Si los jueces, los policías y los auditores de Hacienda tuviesen que pertenecer al partido político que gobernase, que es lo que pasa en el ámbito militar, ¿cuántos casos de corrupción habría? Desde la democracia no ha habido ni un solo general condenado por corrupción. ¿Alguien se puede cree que no haya habido ni un solo general corrupto? Eso no tiene viso de ser real.

-¿Sus denuncias han tenido alguna consecuencia o han caído en saco roto?

-De momento ninguna, espero que sí las tengan, pero poco a poco. Cada día hay más personas en la sociedad que se están dando cuenta que algo pasa en sus Fuerzas Armadas. Llevamos ya gastados cuarenta mil millones de euros en armamento que no necesitamos, lo que es un auténtico disparate, y nos está sirviendo para que se conciencie la sociedad. Pero a día de hoy no han hecho nada para mejorar la situación.

-¿Qué medidas considera que son más urgentes tomar?

-Independizar los órganos de control para adecuarlos a los Ejércitos modernos. Por otro lado, otorgar derechos y libertades a los militares para que así puedan ser elementos de denuncia y contribuyan a la transparencia. La precariedad laboral que sufren es un caldo de cultivo para las malas prácticas. Hay que pensar que los policías o lo bomberos realizan cometidos muy similares a los militares, requieren de la misma disciplina, disponibilidad y vocación, y tienen todo los derecho y libertades. A día de hoy no existe ningún motivo porque nosotros no podamos tenerlos también.

Compartir el artículo

stats