El conocimiento sobre la navaja -Ensis arcuatus- antes de los estudios del grupo EcoCost casi se limitaban a los trabajos realizados por Susana Darriba en la Ría de Vigo. Alba Hernández muestreó los bancos de Brensa, Bueu y Ons y cultivó en el arenal de Fontaíña ejemplares criados en los laboratorios de la Ecimat para determinar la variedad espacial del crecimiento y establecer sistemas de medición.

Aunque los anillos de la concha no resultaron eficaces para determinar la edad, los análisis revelaron que las navajas de Ons son las que alcanzan un mayor crecimiento. "Entre el primer y el segundo año de vida ya tienen la talla mínima de captura, diez centímetros, mientras que en Bueu tardan tres años. Los navalleiros no sabían qué edad se correspondía con cada talla y hemos visto que los ejemplares de mayor tamaño tenían 8 años. Se estima una longevidad máxima de la especie de 13 años, y la mayor parte de los ejemplares que se explotan tienen entre 3 y 4 años", explica.

Tras pasar el verano en reposo, el bivalvo empieza a desarrollarse en otoño y alcanza la madurez entre diciembre y enero dependiendo del banco. Hacen entre 2 y 3 puestas al año, siendo la primera la más grande. Excepto en Ons, donde todas son similares. De ahí, que conocer la edad constituya un parámetro "muy útil" para establecer cuánto tiempo queda para alcanzar el mínimo legal en cada zona de explotación y su estado de madurez.

Otro de los resultados de interés de esta investigación, de la que todavía quedan hallazgos por publicar, apareció al cruzar los datos de crecimiento y reproducción: "Todas las navajas capturadas se habían reproducido al menos una vez, lo que significa que no están explotando juveniles y esto es una garantía de la sostenibilidad del recurso".

Los biólogos del grupo EcoCost destacan la implicación de las cofradías y del personal del parque Islas Atlánticas, cuyos guías ya explican las peculiaridades de las navajas de Ons a sus visitantes.