El parte meteorológico de los dos primeros meses de 2016 contrasta con el que predominó a lo largo del año anterior, un ejercicio particularmente seco. En 2015 llovió en Vigo casi dos de cada tres días, lo que supone el dato más bajo de la última década. Los datos de Meteogalicia muestran cómo a lo largo de todo el año se contabilizaron 145 días con un nivel de precipitaciones igual o superior a 0,1 mm. Solo un año antes, en 2014, el dato era de 187; y en lo que llevamos de 2016 se ha rozado el medio centenar.
Ese panorama contrasta con el que deja el arranque de 2016. A lo largo de los últimos meses la ciudad ha registrado grandes borrascas que llegaron a provocar incluso inundaciones. A principios de enero, por ejemplo, una intensa jornada de lluvias provocó que se desbordase el río Lagares, anegando parte del polígono de O Caramuxo. Según denunció entonces la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Galicia (Asime) el agua estropeó maquinaria y obligó a paralizar la producción, por lo que los negocios cifraron las pérdidas y daños en dos millones de euros.
Poco después, la segunda semana de febrero, volvían a registrarse lluvias torrenciales que dejaban incidencias en toda la provincia de Pontevedra. En Redondela se anegaron calles por la crecida del Maceiras, un derrumbe obligó a cerrar el corredor de Vigo a Cangas y en Vigo se vino abajo un muro que cayó sobre varios coches y dejó tres heridos.
