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El Concello taló casi 50 palmeras por el picudo, que ya afecta a otro centenar

El insecto obligó a cortar ejemplares en Plaza de Compostela, Arenal, Pereiró o Samil, donde se trataron 25 desde octubre -La voraz plaga se extiende por toda la comarca

Palmeras afectadas por el picudo frente al Club Financiero. // R. Grobas

El picudo rojo amenaza con acabar con las palmeras de la ciudad. La plaga de este voraz insecto, oriundo de Asia tropical y que se expande imparable por toda la comarca, ha obligado al Concello de Vigo a talar ya casi medio centenar de palmeras y vigilar otras cien en las que se ha detectado la presencia del coleóptero. Según el registro de la Concellería de Parques y Jardines desde octubre se han tratado 152 ejemplares, de los que 44 tuvieron que talarse ante el avance de la plaga y el deterioro que presentaban. Al devorar las plantas, el picudo afecta a la salud de la palmera, por lo que en muchas ocasiones se terminan talando para evitar que se caigan las hojas y dañen a los peatones.

Las intervenciones de los técnicos de Parques y Jardines revelan además que el coleóptero -su nombre científico es Rhynchophorus ferrugineus- se ha expandido por toda la ciudad, afectando a palmeras situadas en diferentes barrios y parroquias de Vigo. Así, durante los últimos cinco meses el Consistorio se ha visto obligado a talar ejemplares de la Plaza de Compostela, Pereiró, Arenal, Avenida de Castelao, Travesía de Vigo, Beade, A Guía, Eugenio Fadrique o Portanet. La distribución de las plantas que están siendo tratadas en un intento por erradicar la plaga es todavía más extensa. En la actualidad ejemplares como los de la Alameda o las que flanquean las puertas del Club Financiero, en García Barbón, lucen ya los estragos ocasionados por el insecto.

Al estar muy pobladas de palmeras, las zonas de playa se han visto especialmente afectadas por la virulencia con la que ataca este coleóptero. Los expertos municipales han tratado ya 25 plantas situadas a lo largo de Samil y otras cinco en O Vao. Los ejemplares afectados muestran siempre los mismos síntomas: hojas decaídas, que pierden su vigor y terminan colgando, así como galerías excavadas en el punto de inserción de las hojas. Poco a poco su color verdoso también va palideciendo, revelando la presencia del voraz insecto.

La plaga de Rhynchophorus ferrugineus no es exclusiva de Vigo. Municipios de toda la provincia ven cómo sus palmeras -en algunos casos ejemplares con décadas de vida, gran tamaño y un importante valor simbólico- caen a medida que avanza este escarabajo. Hace apenas unos días en Vigo hubo que talar un ejemplar del parque de María Xosé Queizán, junto al nudo de Isaac Peral. En Poio, el Concello decidió adoptar medidas a principios de febrero para controlar la plaga. Otro tanto se hizo en Caldas. En Mondariz -también a principios de febrero- el Ayuntamiento decidió aplicar un tratamiento preventivo en 13 palmeras para evitar el picudo. Un caso que tuvo eco en los medios fue el de Tui, donde la inmensa palmera de más de cien años situada en la Praza de la Inmaculada también sufrió el ataque del escarabajo.

Para luchar contra el avance del insecto algunos colectivos han decidido recurrir a la ciencia y las últimas tecnologías. Uno de los casos más espectaculares es el de la Universidad de Vigo, cuyo Servicio de Detección Remota del Centro de Apoyo Científico-Tecnológico a la Investigación (CACTI) diseñó un dron dotado con imágenes infrarrojas que permite localizar al picudo rojo antes de que arrase la palmera. El sistema permitiría salvar a las cerca de 5.000 plantas censadas en las localidades costeras de la provincia de Pontevedra.

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