Uno de los primeros aviones de la tarde de ayer procedentes de Madrid aterrizó en Peinador tras recibir el impacto del un rayo poco antes de iniciar la maniobra de aproximación hacia la pista viguesa. La descarga eléctrica se sintió a bordo "como un fuerte temblor", como manifestaron a este periódico algunos de los 180 pasajeros que volaban en el aparato, entre los que se encontraba la ministra de Fomento, Ana Pastor, quien presidió poco después la inauguración de la pasarela del Ifevi.
El avión, un Airbus A320, ya había despegado con retraso del aeropuerto de Madrid-Barajas Adolfo Suárez por las demoras acumuladas en el resto del tráfico aéreo a causa del mal tiempo. Su llegada a Vigo estaba prevista sobre las cinco de la tarde, pero a esa hora todavía no sobrevolaba tierras gallegas. Fue poco después, a escadosos kilómetros de adentrarse en el perímetro de aproximación del aeropuerto de Peinador, cuando un rayo impactó contra el fuselaje. Fuentes aeroportuarias confirmaron la incidencia, sin embargo, no supieron precisar la zona exacta del avión que recibió la descarga, aunque descartaron el área de la cabina.
En cualquier caso, la fabricación y el diseño de los aviones comerciales está preparada para soportar esa clase de potentes fenómenos meteorológicos. "No es habitual que impacte un rayo contra un avión pero ocurre sobre todo si vuela en medio de una tormenta", sostienen las mismas fuentes. Y esto mismo le ocurrió al Iberia 0534. Mas allá de ese "fuerte temblor" apreciado a bordo, de no ser por la intensa luz que le acompañó, los pasajeros podrían haber confundido el impacto del rayo con una turbulencia más de las que generaba en esos momentos el temporal que atravesaban al volar rumbo Vigo.
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"Un susto, poco más", resumían algunos testigos. La incidencia tampoco tuvo consecuencias en el rumbo que llevaba el vuelo de Iberia ni retrasó más de lo que ya arrastraba en origen su aterrizaje en Vigo, que se produjo pasadas las cinco y media de la tarde. En cambio, su regreso a Madrid acabó demorándose más de tres horas.
Las mismas fuentes aseguran que el protocolo obliga a una revisión de la aeronave cuando soportan la embestida de una descarga eléctrica de esas características. Y así lo ordenó el comandante. Por esta razón, el aparato quedó fuera de servicio hasta que concluyó la inspección a fondo de la aeronave. Al finalizar este chequeo no se encontraron daños apreciables en el fuselaje ni en el funcionamiento que desaconsejasen el despegue. Así que a las 20.00 horas, los pasajeros que esperaban desde las 17.40 dentro de la terminal viguesa, pudieron embarcar por fin en el avión rumbo a Madrid.
