La presencia de investigadores vigueses en la Antártida a lo largo de los 25 años de la Facultad de Ciencias del Mar ha sido intensa y ayer tres de sus profesores conectaron desde isla Decepción con alumnos y colegas del campus para dar "el pistoletazo de salida" a los actos de celebración de este aniversario.

Mariano Lastra, Jesús Souza y Jesús López explicaron en qué consiste su sexta misión en el continente helado acompañados por el comandante de la Brilat Alberto Salas, jefe de la XXIX Campaña Antártica Española. La edición de este año tiene un marcado carácter gallego ya que además de estar liderada por los militares con base en Pontevedra ha inaugurado una nueva ruta xacobea y dotado a la base Gabriel de Castilla del sello y las credenciales para los futuros "pingüirinos".

La expedición viguesa, que completan Manuel García y José Mora, llegó a la base el 8 de febrero para estudiar el efecto del calentamiento sobre los varamientos de macroalgas. López, que además es vicedecano de la facultad, se refirió al pasado ballenero de la isla y explicó que en las playas donde recogen muestras y realizan sus experimentos se encuentran a menudo con acompañantes "muy simpáticos" como los pingüinos y otros "menos amistosos", en referencia a la agresiva foca leopardo.

Troncoso, que se sumó a la expedición a última hora para suplir una baja, recordó que el aniversario de la facultad coincide también con los 10 primeros años de la Estación de Ciencias Marinas de Toralla que él dirige. Mostró su satisfacción por poder celebrar ambos cumpleaños "en un sitio tan emblemático, extremo y maravilloso" como la Antártida. "Es un lujo estar aquí, en un laboratorio natural como éste. Vuestros profesores son grandes conocedores de estos ambientes", recordó a los alumnos presentes en el salón de actos

El coordinador de la misión, Mariano Lastra, explicó que el funcionamiento de las macroalgas en los arenales volcánicos de Decepción es similar al de los varamientos en Galicia y detalló el experimento con campanas de policarbonato que desarrollan en la bahía Foster, en el interior de la isla. "Fue muy complicado montarlo y los fuertes vientos lo pusieron en riesgo", reveló.

El año que viene volverán a Decepción para calcular cómo el aumento de temperatura previsto afectará a la tasa de consumo de algas por parte de las diferentes especies animales que dependen de ellas.

A preguntas de los estudiantes, Lastra se mostró partidario de restringir el turismo en la Antártida, donde llegan cruceros a diario. Y antes de finalizar la conexión, los tres investigadores hicieron un breve recorrido por el exterior de la base. "¡Pronto estaremos de vuelta!", se despidieron.