El Ovation of the Seas ya salió del "garaje". El nuevo crucero de Royal Caribbean acaba de abandonar la nave de Meyer Werft, el astillero enclavado en el interior del Alemania donde hace año y medio comenzó a construirse mediante el ensamblaje de módulos, un sistema que recuerda al popular juego de Lego. Al igual que ocurrió con su gemelo, el Anthem of the Seas, el Ovation realizará el próximo 6 de mayo en Vigo una de sus contadas escalas en España.
En la localidad germana de Papenburg, cada botadura de un gigante alumbrado por Meyer Werft genera una enorme expectación. En el caso de la celebrada el pasado viernes, haciendo gala de la traducción del nombre del crucero, se vivió como una gran "ovación de los mares", con centenares de personas apostadas en las orillas del río observando deslumbradas cómo, arrastrada por remolcadores, abandonaba lentamente el interior de la nave el descomunal casco de 168.666 toneladas de Registro Bruto, 347 metros de eslora por 41,4 de manga y 8,5 de calado.
A esta maniobra de precisión iniciada durante la madrugada y retransmitida en tiempo real por la web de Meyer Werft, le seguirá otra igual de exigente para este astillero. Una vez concluyan, en unas tres semanas, los últimos retoques exteriores, como la instalación de esa cápsula que ofrece a los pasajeros panorámicas vertiginosas desde 90 metros de altura, el Ovation of the Seas zarpará hacia mar abierto a través del río Ems. Pero ni está cerca la desembocadura ni resulta fácil llegar hasta allí. Por delante tiene 32 kilómetros que deberá navegar de popa, marcha atrás, y superar cuatro puentes de automóviles y ferrocarriles con apenas cinco metros de margen de seguridad. Una prodigiosa singladura para otro barco revolucionario de la serie Quantum de Royal Caribbean.
