Fue necesario esperar dos semanas pero ha merecido la pena. El desfile del Entroido vigués no estaba muerto, estaba de parranda y así lo demostraron las más de 1.000 personas que pusieron el broche final a estos longevos carnavales olívicos en un recorrido donde llenaron García Barbón, Policarpo Sanz y Porta de Sol de colores, luces y mucha, mucha fantasía.

Lo que tampoco faltó en este desfile de comparsas fue la historia, ya que si algo tenían en común muchas de las 21 carrozas que participaron fue una vuelta al pasado al más puro estilo Cuéntame cómo pasó. Otras, por su parte, nos llevaron al mismo instante del nacimiento con una reconstrucción del antiguo Hospital Xeral, que corrió a cargo de la comparsa Mañufe.

Poco tuvo que envidiar este desfile al último celebrado en Vigo, el de Reyes. Padres, abuelos y por supuesto, miles de niños no quisieron perderse el ansiado recorrido de las carrozas, comparsas y bailarines que tanto se hicieron de rogar por culpa de las inclemencias meteorológicas.

Contados eran, tanto infantes como adultos, los que decidieron no disfrazarse. Bomberos, sevillanas, algún que otro mini Dinoseto, pero sobre todo piratas y princesas fueron los trajes elegidos por pequeños y mayores para despedirse, quince días después, del carvanal.

Al poco de comenzar el desfile, los comentarios del público eran unísonos. "Con razón querían que se celebrase, están muy bien trabajados y hubiese sido una pena que se quedaran sin salir", reconocían varios de los asistentes a la cabalgata.

Tan felices estaban los niños como los padres ya que revivieron clásicos de su infancia, sobre todo con la carroza de la asociación de vecinos de Navia (Novo Vigo) y APAMP que organizó un auténtico 'viaje a los 80' donde no faltaron las canciones de Enrique y Ana, todos los payasos del circo de Miliki, los vecinos de Barrio Sésamo encabezados por Espinete y Don Pimpón y el pequeño E.T. subido a la bicicleta destino "su casa".

La maravillosa Alicia de la Asociación de Cabral, en la que participaron más de un centenar de bailarines coreografiados, fue la encargada de abrir el desfile, seguidos por el ritmo de Baloo, Mowgli y el resto de habitantes de la selva.

Todo el área estuvo representada en el desfile, ya que 15 de las 21 eran de Mos, Gondomar, Portonovo y Tomiño.

Con la Asociación de Vincios nos dimos un paseo por el cielo e infierno gracias a sus dos carrozas. Las flores de Freixo fueron reconocidas por el público como una de las más "trabajadas", ya que el medio centenar de bailarines que la conformaban llevaban varias capas de tela a modo de falda y una bonita rosa en la cabeza. Otra de las más aplaudidas, y con una larga trayectoria sobre esta pasarela viaria fue la de San Cristóbal de Tomiño. Sus bailarines eran tableros de ajedrez y danzaban al son de su profesora de aeróbic, que iba dando las instrucciones al más puro estilo Eva Nasarre.

Si los niños ejercieran de jurado, su vencedor sería para la comparsa Carregal de Tomiño con su mundo Disney. Mickey, Pluto, Donald saludaron y abrazaron a todos los niños, que no dejaban de corear sus nombres. Blancanieves, Bella y Jazmín también hicieron las delicias de las cientos de pequeñas princesas que saludaban desde los márgenes del recorrido.

Una docena de piratas y el malvado David Jones también desembarcaron en García Barbón en busca de algún preciado tesoro. Tras ellos, cientos de aliens llegados de Portonovo escapaban de los guerreros y soldados imperiales protagonizando una auténtica guerra estelar.

Las brujas de Chaín y 'lo mejor de cada casa' de Vincios pusieron el toque más humorístico y a la vez tenebroso al desfile. Bollywood, Mary Poppins y el deshollinador, y el temido fantasma de la ópera recorrieron en sus carrozas las calles principales de Vigo.

A lo largo de las casi dos horas que duró el desfile, los ánimos de los niños fueron en aumento y más cuando llegó la comparsa 'de otra galaxia' de la Asociación Travesía de Vigo, donde medio centenar de mariposas repartieron caramelos entre los peques.

Las asociaciones y sus miembros no eran los únicos que estaban expectantes con la celebración de este desfile. Muchos fueron los vigueses que no guardaron, en estas dos semanas sus disfraces y reconocen que no les importaría esperar el tiempo que fuera necesario. "Si hubiera que celebrarlo dentro de un mes por la lluvia, pues esperaríamos", reconoce Tania Pereira, quien adornó el carrito de su pequeño Asier como un auténtico barco pirata para la ocasión.

La familia Vikinga, como así quieren que se le denomine, dejaron sus pieles y cuernos en su armario habitual porque confiaban en que el desfile, tarde o temprano, se celebraría. "La ilusión es la ilusión, a nosotros carnavales nos encanta, sea en su fecha o no, por un desfile así merece la pena la espera", reconocen.

Las Asociaciones de Matamá cerraron el desfile. Atlántida con su reino del hielo de Frozen y Beirán en un homenaje a Dinoseto y al Xeral, que además de aplausos generó un aluvión de carcajadas.

Los ganadores de este desfile, que son condecorados con un premio de 2.500, 2.000 y 1.500 euros fueron para los aliens de Portonovo, Viaje a los 80, de Novo Vigo y APAMP y Arte Pop de Bembrive.