Las diligencias policiales sobre la investigación de la deflagración de gas en la que perdió la vida Ramón González Sanz, de 45 años, en el sexto piso de la calle San Salvador y que causó graves daños al edificio, están ya en manos de la titular del Juzgado de Instrucción 1 de Vigo. El atestado, entregado ayer a la magistrada, descarta prácticamente la deflagración accidental y achaca lo ocurrido a la propia víctima, como adelantó FARO DE VIGO el pasado viernes.

No se ha encontrado nada que pueda certificar un fallo o una avería en la instalación y todo apunta a que el hombre quiso quitarse la vida aunque sin tener intención de causar daños o heridos, si bien tras estar expuesto al gas varias horas -tal vez dejó las bombonas abiertas para una "muerte dulce" y se acostó- : algo salió mal y de forma, probablemente involuntaria, causó la explosión cuando regresó a la cocina a comprobar qué pasaba.

Cualquier chispa, o incluso el encender la luz pudo causar la explosión dada la gran bolsa de gas acumulada que detectaron tanto los bomberos como los agentes de la Policía Judicial en la vivienda.

Los investigadores, además de esta bolsa de gas, basan sus conclusiones en otras pruebas, como que el fallecido había manipulado piezas del sistema de gas en su vivienda y el contenido de la carta manuscrita que se localizó en el maletín que el día anterior dejó en la sede del Colegio de Titulados Mercantiles., al que pertenecía.

El contenido de esta nota no se hará público en atención al derecho a la intimidad del fallecido, según adelantaron ayer fuentes policiales, que manifestaron que la letra será analizada por peritos grafólogos antes de darla por buena, si bien todo apunta a que fue escrita por Ramón González Sanz.

También parece respaldar el informe policial la autopsia realizada al fallecido. Los forenses comprobaron en los pulmones de la víctima su larga exposición al gas y la inhalación del mismo. El informe preliminar de la autopsia aportado al juzgado de Instrucción 1, establece como causa inmediata de la muerte de Ramón González Sanz "la intoxicación por gases", así como las graves quemaduras sufridas a raíz del incendio que se formó tras la explosión. En este sentido cabe destacar que un testigo vio a Ramón convertido en una "bola de fuego", de pie, en la cocina de su casa, que daba al patio de luces.

Una situación que, según los investigadores, vendría a demostrar también que no fue un accidente, sino que el fallecido fue el causante de lo ocurrido. Lo que si se descarta por completo en la participación de terceras personas en lo ocurrido; es decir que alguien hubiera manipulado la instalación de gas de la víctima.

Además del fallecido, el siniestro causó varios heridos leves y graves daños en el edificio del barrio de Casablanca. Sus 66 vecinos siguen en un hotel o con sus familiares a la espera de poder volver a sus casas. El inmueble permanece bajo custodia policial para proteger los bienes de los afectados, ya que la mayoría de las puertas "volaron" a consecuencia de la deflagración.