El arranque de 2016 está siendo ajetreado para el equipo de coordinación de trasplantes del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo. En los primeros 44 días del año ocho familias decidieron que el fallecimiento de su ser querido sirviera para salvar la vida a otras personas. Representan un tercio de los donantes registrados a lo largo de 2015. -24 en total-. Y no es que el pasado fuera un mal ejercicio. De hecho, es el mejor desde 2012. A ello ha contribuido que los residentes en el área sean los gallegos más solidarios en este tipo de cuestiones. Con solo dos negativas, la tasa de oposición cae al 7% frente al 22% de la media gallega.
El Hospital Álvaro Cunqueiro superó esta semana la barrera de sus primera decena de donantes de órganos desde que, en septiembre, abrió sus quirófanos. De hecho, fue el mes del estreno en el que registraron los dos últimos de 2015. El último trimestre del año fue de sequía. Por ello, el coordinador de trasplantes del Chuvi, Lucas Lage, es prudente con el buen arranque de 2016. "Lo de las donaciones va por picos, luego puede pasar mucho tiempo sin que tengamos otros, nunca se sabe", resalta.
En el pasado ejercicio se remontó la caída de 2013 -21 donantes- y de 2014 -18-, hasta ponerse casi al nivel de 2012 -25-. De los órganos que se extrajeron a estas 24 personas, resultaron válidos para un trasplante 62 -cuatro más que en 2014-. Treinta y cuatro enfermos en diferentes centros sanitarios recibieron un riñón procedente de Vigo; 18 fueron trasplantados de hígado; 5, de corazón; 4, de pulmón; y 1, de páncreas. Teniendo en cuenta las córneas, las donaciones aumentan en 51 más. También la entrega de estos tejidos ha crecido. Lo hizo en siete casos. "Ha mejorado mucho en los últimos años y es muy importante, porque hay lista de espera", explica el doctor Lage.
El coordinador de trasplantes -con un equipo de tres médicos a tiempo completo y dos que colaboran- resalta su agradecimiento a las familias de los pacientes que, en esos momentos tan duros, demuestran su generosidad. "Ahora nos encontramos que muchas veces ya es la propia familia la que se dirige a nosotros para reclamar esta posibilidad cuando la cosa se complica", cuenta. El año pasado, de las 26 ocasiones en las que fueron posibles extracciones para trasplantes, solo en dos se encontraron con negativas. El motivo principal es que "el fallecido nunca manifestó esa voluntad y la familia no quiere asumir la responsabilidad".
Las negativas representaron un porcentaje del 7,1%, la mitad que en 2014 -14,3%- y casi un tercio de la media gallega -en torno al 22%-. Hace algunos años que los residentes del área se desmarcan por su generosidad en este aspecto. De hecho, es también la ciudad de la comunidad con más carnés de donantes. ¿A qué se debe? "Es difícil saberlo", responde el doctor Lage y añade: "quizá porque el perfil social de los vigueses es más involucrado y supongo que la menor edad media también influye".
