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Condenan al Sergas a pagar un millón por no detectar el exceso de peso de un bebé antes del parto

-El niño sufre un daño neurológico irreversible y una minusvalía del 89% - El Superior considera que el Xeral no siguió los protocolos establecidos

El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) ha condenado al Sergas a indemnizar a una familia con un millón de euros por las secuelas que sufre su hijo, con daño neurológico irreversible y un 89% de minusvalía, tras el "el deficiente funcionamiento" de los servicios del Hospital Xeral durante el parto. Entiende que se debió detectar el exceso de peso del feto antes del parto y que se omitieron los protocolos establecidos para este tipo de situaciones.

El niño, que nació el 1 de noviembre de 2009, sufría una macrosomía -feto demasiado grade para el tiempo de gestación- que no fue percibido por los profesionales hasta que la madre dio a luz. Pesó 5 kilos. El parto fue vaginal y tras la expulsión de la cabeza, que se realizó aplicando vacío extracción, se produjo una distocia de hombros -cuando estas articulaciones quedan trabadas tras la pelvis de la madre-. Tal y como expone la sentencia, se trata de "una de las situaciones más difíciles que se pueden vivir en la obstetricia". En esta situación, hay que liberar al bebé lo antes posible, aunque "no existe maniobra ni secuencia de maniobras que evite completamente el riesgo de lesiones".

Como consecuencia de este atrapamiento, el niño nació en parada respiratoria y bradicardia -menos de 60 latidos por minuto-, por lo que precisó maniobras de reanimación. "El daño neurológico era ya irreversible", señala el fallo. Estuvo hospitalizado 52 días, por sus numerosas complicaciones. En 2011, el Servicio de Neurología le diagnosticó encefalopatía epiléptica con la privación de oxígeno en el parto, síndrome de West sintomático y parálisis cerebral.

El Sergas desestimó por silencio administrativo la indemnización solicitada por la familia, a la que representa Alfonso Iglesias, y el Contencioso Administrativo 1 de Santiago tampoco halló mala praxis. El Superior, en cambio, entiende que la macrosomía del bebé debió ser detectada en las ecografías -la última, un día antes del parto-, así como por el "exagerado" peso alcanzado por la mujer -ganó 32 kilos-, "máxime cuando el peso fetal se desarrolló excesivamente en los últimos días del embarazo". Además, destaca que el protocolo de la Sociedad Española de Ginecología indicaba una cesárea electiva en esos casos y la americana la aconseja con fetos superiores a 4,5 kilos. Los magistrados no niegan que las maniobras practicadas ante la distocia de hombros no fueran las correctas, pero resalta que "de haberse llevado a cabo la cesarea" no se habría producido esta complicación ni la privación de oxígeno que le provocó las graves consecuencias.

Por las secuelas derivadas, las limitaciones del niño y las exigencias que le van a deparar en el futuro, la sala fija una indemnización de 700.000 euros para él. Por los daños morales, condena al Sergas a pagar a cada uno de los padres otros 150.000 euros. La sentencia es firme, pero contra ella cabe recurso de casación.

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