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Tráfico mide los coches en García Olloqui tras la sentencia por los ruidos del empedrado

Acata el fallo que le obliga a buscar medidas como la reducción de turismos o el asfaltado para reducir las molestias a los vecinos

Espiras para medir la intensidad de tráfico colocadas en la calle García Olloqui. // Alberto Blanco

El Concello se ha puesto ya manos a la obra para encontrar una solución a las molestias por ruido y vibraciones que provoca el empedrado de Plaza de Compostela a los vecinos de la zona. Y lo ha hecho tras la sentencia del Juzgado Contencioso Administrativo Número 1 de Vigo dictada por la demanda de una comunidad de García Olloqui en la que obliga al gobierno municipal a "adoptar y ejecutar las medidas (ya sea sobre el pavimento, regulación del tráfico o cualesquiera otras) necesarias para reducir las inmisiones acústicas y vibraciones sufridas en el interior de las viviendas".

Aunque la sentencia podía haber sido recurrida, el Concello la ha acatado. El juez le dio un plazo máximo de un mes para abrir un expediente en aras de encontrar una solución a este problema. Lo primero que realizará el gobierno municipal es una radiografía del tráfico en García Olloqui. Para ello, se han instalado ya varias espiras en ambos sentidos del vial que medirán el número de vehículos que pasan a diario por esta zona. "Primero queremos ver cuál es la intensidad de automóviles que soporta esta zona para, posteriormente, analizar posibles soluciones como el desvío de flujos por otros viales o el asfaltado del mismo", explican fuentes municipales.

Según se recoge en la sentencia, el propio Valedor do Cidadán emitió un informe sobre mediciones realizadas en la cuarta planta de la comunidad de vecinos de García Olloqui que interpuso la demanda. En él se certificó que el paso de vehículos sobre el empedrado provoca niveles de ruido por encima de los admisibles, tanto en la normativa estatal como en la ordenanza municipal. Igualmente, se superaron los índices de vibraciones permitidas y que, según se recoge en la sentencia, llegaron a causar grietas y fisuras en el inmueble "fundamentalmente imputables a la circulación de autobuses y transporte pesado". Ni siquiera la limitación de esta zona a 30 km/h fue suficiente -según se recoge en el fallo- para solventar esta problemática.

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