Los hosteleros recuperan una de las grandes tradiciones a la que tuvieron que renunciar a raíz de la crisis. Por primera vez en un lustro la Asociación de Empresarios del Hospedaje de Pontevedra (Asehospo) y la Federación Provincial de Empresarios de la Hostelería (Feprohos) celebrarán su Gran Gala, una ceremonia que se organizó durante varias décadas pero que -por la falta de recursos y apoyos- tuvo su última edición en 2010.

Durante la gala Feprohos y Asehospo homenajean a los hosteleros de la provincia que destacan de forma especial por su trayectoria, reconocimiento, su trabajo en favor del gremio... Con una distinción especial. Esa tradición se mantuvo durante décadas, casi desde los inicios de la propia Feprohos, que se constituyó en junio de 1977 con la misión clave de promover el desarrollo social y económico del gremio en la provincia, así como ayudar a reforzar su prestigio.

Según apuntan desde la federación la cita se mantuvo con regularidad -se celebró, por ejemplo, cada dos años- hasta hace apenas un lustro, cuando el desplome de ingresos que ocasionó la crisis y la falta de patrocinadores obligó a suspenderla. La última Gran Gala se convocó a finales de 2010.

La directiva encabezada por César Sánchez-Ballesteros -presidente de Feprohos y Asehospo- ha decidido recuperar la cita este año y celebrarla el próximo lunes 15 de febrero en el Hotel Talaso Atlántico, en Oia. Durante la gala se entregarán una docena de galardones a profesionales del gremio cuyos méritos se consideran destacados o a quienes se premia por su trabajo en favor de todo el colectivo.

La recuperación de la Gran Gala es una señal positiva en un sector al que la crisis asestó un fuerte mazazo. A lo largo de los últimos años las diferentes ramas del gremio -los hoteles, restaurantes, cafeterías, locales de ocio nocturno, etc.- han alertado del desplome de su facturación y la caída de la clientela. "Cuando la gente recorta gastos empieza haciéndolo por el ocio", explicaban los profesionales del gremio, que vio cómo cerraban negocios, mermaban los ingresos y aumentaba su bolsa de paro.

Los últimos años esa tendencia negativa parece haberse frenado e incluso reconducida. El Instituto Nacional de Estadística (INE) anotó en 2014 un año en positivo para los alojamientos de Vigo -con repunte de turistas- un resultado esperanzador que se asentó en 2015. Los datos siguen lejos, no obstante, de los que manejaban los establecimientos antes del estallido de la crisis.