Según los datos recabados por la herramienta Sophos, los neumólogos Alberto Fernández Villar, María Isabel Botana Rial y Virginia Leiro Fernández son los autores con mayor producción científica del IBI junto al reumatólogo José Maria Pego. El Servicio de Neumología de Chuvi acumula 12 años de investigación científica mantenida, y en el último lustro, han logrado una treintena de premios. Empezó solo su jefe, Fernández Villar, y ahora son unos 15, entre neumólogos, bioquímicos y enfermeras. "Este ha sido el año de mayor producción y calidad y el crecimiento será exponencial", vaticina el doctor. Entiende que la creación del IBI "ha sido clave" y propone "mayor liberación parcial en investigadores excelentes".

Tienen en marcha dos proyectos de la Sociedad Española de Neumología, otro del Carlos II y dos de financiación privada. En asociación con el grupo de la Universidad de Vigo liderado por Francisco J. Rodríguez Berrocal, tienen dos patentes -de 6 que tiene el IBI- de biomarcadores para el diagnóstico precoz de cáncer de pulmón y el derrame pleural maligno. Se están probando en tres hospitales gallegos y seis españoles. Con Alberto Ruano, de la Universidad de Santiago, estudian que otras causas diferentes al tabaco influyen en la EPOC y el cáncer de pulmón.

Su artículo con mayor impacto científico fue el que publicaron en la revista médica Jama, entre las tres primeras a nivel mundial, sobre la validación del signo clínico acropaquia. Pero los que más satisfacción les reportan como clínicos son otros en publicaciones no tan relevantes pero que tienen más reflejo en la práctica, como en los que evaluaron cómo la historia electrónica acelera el diagnóstico de cáncer de pulmón o el uso de dispositivos en la patología pleura. "El 75% de la investigación es traslacional", estima Fernández Villar.