El hall del Auditorio Mar de Vigo acoge hoy, a partir de las 12 horas, dos estrenos. Por un lado, el del Programa de Primavera 2016 de la Orquesta Vigo 430. Por otro, el de la artista moldava Rusanda Panfili en España. Como intérprete de música ha actuado como solista con orquestas de la talla de la Sinfónica de Jerusalén o la Estatal de Weimar. Ahora explora nuevas formas de crear para "acercar la música clásica a una audiencia mayor".
-¿Cómo es la pieza que tocará con la OSV 430 en el estreno de su temporada?
-Voy a tocar el "Concierto para violín" de Alexander Glazunov. Es una pieza romántica que me recuerda mucho al ballet y a la música de cine. Lo que es especial de este concierto es que atraviesa sin descanso los movimientos, pero tiene un montón de cambios de carácter. Para mí es como contar una historia de amor, de un modo muy emocional y apasionado.
-¿Tiene algún significado especial para usted?
-Sí, tiene un fuerte significado para mí porque la he tocado muchas veces cuando era una adolescente. En la época en la que estaba creciendo y alejándome de mi familia, teniendo mis primeras historias de amor y eso, por supuesto, encaja muy bien con esta composición.
-¿Cuál es su vínculo con la agrupación viguesa?
-He estado en contacto con Javier Escobar, uno de los principales organizadores y miembros de la orquesta, desde hace unos meses y me pidió que tocara este concierto. Cuando me dijeron que es una orquesta con muchos miembros jóvenes, supe que la energía encajaría con la mía y acepté la invitación con alegría. E el primer ensayo me quedé extremadamente impresionada por el nivel y la increíble actitud positiva hacia el proceso de trabajo. Es también un place trabajar con el director Vicente Alberola, que comparte las mismas ideas y comprensión de esta música que yo.
-Es su primera actuación en España, ¿cómo lo vive?
-No puedo estar más feliz. Es toda una experiencia maravillosa hasta ahora. He sido cálidamente recibida y muy cuidada desde el momento en que llegué. Pienso que la ciudad es preciosa y la gente muy agradable.
-¿Cómo se introdujo en el mundo de la música y de qué está más orgullosa?
-Mi madre era violinista y yo adoraba verla tocar. Cuando tenía 6 años, estuve realmente muy conectada con la música. Me encantaba cantar y bailar, así que mis padres decidieron llevarme a la escuela de música de Bucarest, en Rumanía. Después de unos pocos años, cuando tenía 11, me convertí en estudiante del Conservatorio de Viena y, desde entonces, he estado muy orgullosa de cada paso en mi desarrollo.
-¿Cómo combina su carrera como violinista con su interés por la danza, el canto y la interpretación actoral?
-Creo que no hay limitaciones cuando se trata del arte de la interpretación. Me encanta estar en el escenario y probar nuevos formatos. Tengo la fortuna de trabajar con algunos músicos asombrosos como Igudesman & Joo [dúo que combina la comedia y la cultura popular con la música clásica], que revolucionó la industria de la música y me dio la oportunidad de mostrar mis habilidades aparte de tocar el violín. Hemos trabajado en varios proyectos juntos, cuando combinamos la interpretación de la música con el baile, la actuación y el canto, al mismo tiempo. La idea es acercar la música clásica a una audiencia mayor.
-¿Cuáles son las nuevas formas de crear e interpretar música clásica que está explorando?
-Por haber nacido en Moldavia tengo una fuerte conexión con mis raíces. Adoro nuestra música tradicional y tocar música del mundo en general. Así que mi próximo proyecto es crear un ensamble y tocar música combinada con tango, flamenco, jazz, folk, pop e influencias balcánicas.
