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La Estación de Toralla cumple 10 años aliada con socios europeos y ambiciona más espacio

La Ecimat prepara un programa de actividades para conmemorar su primera década en funcionamiento -"Ha permitido dar un salto cualitativo a la Universidad", destaca su director

Vista aérea de la Estación de Ciencias Marinas de Toralla (Ecimat), que pertenece a la Universidad.

La Estación de Ciencias Marinas de Toralla (Ecimat) prepara un programa de actos para celebrar su décimo aniversario al servicio de los grupos de investigación de la Universidad, expertos de instituciones de todo el mundo y también empresas, fundamentalmente de acuicultura. La infraestructura científica, integrada desde hace poco más de un año en la red europea EMBRC, confía en dar un paso más hacia la internacionalización y la consecución de fondos a través de este consorcio y ya empieza a pensar en una ampliación ante la elevada ocupación de sus espacios.

Las instalaciones, inauguradas en junio de 2006, permitieron a los grupos del campus que desarrollan sus estudios en este ámbito disponer de unos laboratorios punteros con suministro directo de agua marina para sus experimentos. "Podemos hacer cosas que antes no hubiesen sido posibles. Nos ha abierto posibilidades muy importantes y lo sigue haciendo. Fue un acierto tremendo. Era una infraestructura muy necesaria y en estos 10 años ha permitido dar a la Universidad un salto cualitativo enorme", destaca Jesús Souza, que tomó el relevo de la Ecimat en octubre de 2014 de manos de su primer director, Ricardo Beiras.

Como integrante de la red EMBRC, la Ecimat trabaja actualmente en los preparativos para solicitar un proyecto europeo que permitiría la puesta en marcha de este consorcio que agrupa a una veintena de instalaciones de alto nivel en 9 países. Las universidades de Vigo y el País Vasco son las únicas representantes españolas.

"Antonio Villanueva, gestor de la Ecimat, está participando estos días en una reunión en Israel para avanzar en el tema de los estatutos. Formar parte de esta red abre nuevas perspectivas para conseguir financiación europea de forma conjunta con actores potentes. Es un plus importante", destaca Souza.

El centro cuenta con financiación de la Xunta y la propia Universidad, pero el coste de su mantenimiento resulta muy elevado: "El edificio está a pie de mar y la sala que bombea agua a los laboratorios, y que constituye el corazón de la Estación, requiere cambios continuos de material. Si no tuviésemos estos fondos tendríamos que reducir nuestra actividad porque, aunque ingresamos por los servicios que realizamos, seríamos deficitarios".

La Ecimat atiende unas mil solicitudes de servicios cada daño, la mayoría procedentes de grupos de la Universidad, pero también de empresas de acuicultura que necesitan alevines, plancton o asistencia técnica.

A lo largo del año pasado, se habilitó en el exterior del edificio una zona para experimentos de mesocosmos, esto es, estudios controlados en tanques situados al aire libre y dotados de sensores. Sus responsables confían en seguir ampliando el abanico de servicios con una sala de infecciones experimentales en peces y moluscos donde se podrían testar vacunas.

La Universidad es propietaria del terreno anexo a la Ecimat para futuras ampliaciones. Aunque no se plantean a corto plazo, Souza indica que los espacios ya están al máximo. "Sería necesaria ayer mejor que mañana pero supone una gran inversión y es complicado. Ya estamos muy achicados, no solo los grupos sino el propio personal de la Estación porque realizamos servicios que requieren de un volumen de material y animales importante. Pero por otro lado, es una buena noticia que ya se quede pequeña. Cuanto más nos molestamos unos a otros es porque se hacen más cosas", señala.

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