El funcionario de la Universidad demandado por sexista, Sergio Pajares, defiende que la decisión que acaba de adoptar el juez sobre su caso demuestra que sus mensajes -que motivaron la demanda- empleaban un tono "irónico". "El juez reconoce que las expresiones utilizadas por mí son satíricas y cáusticas. Por lo tanto se amparan en la libertad de expresión", sostiene Pajares, quien agradece al rector y al gerente "el exquisito y escrupuloso respeto que han tenido" hacia ese derecho, "que ha querido ser conculcado por los demandantes".

Pajares insiste en que el "único objetivo" de los denunciantes -también empleados de la universidad- era "ensuciar la imagen de una institución en la que existen mecanismos autorreguladores muy eficientes para la resolución de conflictos". Pajares critica que los demandantes "no quisieron" recurrir a esos órganos internos porque "su pretensión era perjudicar la imagen del rector".

El funcionario asegura que la documentación aportada por los demandantes era "parcial" y que "se ha tergiversado su contenido y contexto para hacer creer a la opinión pública que en la universidad se producía una situación de vulneración de derechos fundamentales". Por último, Pajares recalca que estudia interponer una demanda por calumnia, injurias y difamación contra aquellos que hayan atentado contra su honor. "Se me ha tachado injustamente y de forma pública y aviesa de maltratador, violento, homófobo, sexista y machista", concluye.

El juez ha rechazado la denuncia contra la Universidad de Vigo por permitir que Pajares escribiese y divulgase entre la comunidad académica mensajes cuyo contenido -consideran los demandantes- era misógino, sexista y amenazante. El magistrado entiende que los denunciantes carecen de legitimidad para pedir que la Universidad lo expediente y ve los textos "irónicos".