Las 845 camas operativas del Hospital Álvaro Cunqueiro, desde el viernes por la tarde, se quedaron cortas para atender los ingresos que entraron por urgencias. Fueron cuatro especialidades las que colgaron el cartel de completo: digestivo, neumología, medicina interna y traumatología. A las 18 horas de ayer eran 15 los pacientes que aguardaban por un sitio en planta; algunos de ellos, desde última hora de la tarde del día anterior. El centro respondió entonces recurriendo a su "flexibilidad" en hospitalización e hizo dobles seis habitaciones individuales.

Aunque en el Meixoeiro hay tres alas cerradas, se rechazó su traslado porque son patologías que se pueden descompensar y allí no hay los medios adecuados para atenderlos, como una UCI. El sindicato Sagap destaca que es una demostración de que se está infrautilizando. Pide que se usen adecuadamente personal e infraestructuras para evitar estas largas demoras. Algunos de los pacientes que tuvieron que esperar horas para ingresar lo hicieron en camas de observación. Otros, menos afortunados, en camillas en la sala de espera de resultados y tratamientos (la SERT). Según fuentes del servicio, al menos tres, superaron allí las 24 horas.

La madre de Belén Gómez, de 84 años y con una insuficiencia cardiaca, llegó a las 6.30 horas de ayer y, tras una rápida atención y diagnóstico, se quedó en la SERT a la espera de que quedara una plaza en la unidad de corta estancia. A las 17 horas seguían aguardando. "Lleva once horas en una camilla y no aguanta más", lamenta su hija, que quería poner una queja, pero Atención al paciente estaba cerrado. "Puse tres en otras ocasiones y me contestaron a dos pidiendo comprensión, pero esto ya no se puede comprender".