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El impulsor del ferrocarril, el puerto o la expansión urbana

"Ninguna otra ciudad de población y categoría igual o parecida a la nuestra debe tanto a la protección de un solo representante". La frase, recogida en el suplemento especial publicado por FARO en 1896, con motivo de la inauguración del monumento, refleja con claridad la gratitud que sentía el Vigo de la primera mitad del siglo XIX hacia José Elduayen, el Marqués del Pazo de la Merced.

Elduayen nació en Madrid en 1823 y se formó como ingeniero de caminos y canales. Entre 1857 y 1891 ejerció como diputado por Vigo. Entre los cargos que ejerció destaca la titularidad de los ministerios de Hacienda, Ultramar, Estado y Gobernación o el de Gobernador del Banco de España. Sus restos descansan en Pereiró, camposanto en el que había contribuido a construir una capilla.

Gracias a su notable influencia y empeñó logró sacar adelante proyectos vitales para la ciudad y la provincia, como el ferrocarril con Madrid y Portugal, la construcción de muelles, el derribo de las murallas y la expansión urbana o la apertura del ensanche. Su impulso y gestión están detrás también de la carretera a Ourense, el impulso del puerto de Vigo o la construcción del Hospital Municipal o la Casa Consistorial. Una de sus primeras gestiones como diputado fue lograr la subvención necesaria para dotar a la Colegiata de una de las torres que luce.

"Vigo fue al fin la ciudad de sus amores y la de sus ilusiones, el pueblo de sus cariños idólatras, el empeño más grande de su existencia, la cuna de sus hijos, el rincón de sus encantos, la maravillosa atracción de su vida", relata el suplemento lanzado por este diario en agosto de 1896, el día en que se descubrió su estatua.

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