Cada vez que el río Lagares sube, el agua baja hasta el interior del estadio de Balaídos. La balsa de agua que rodeó ayer el campo de fútbol anegó los vestuarios, el túnel y todas sus instalaciones. Los operarios tuvieron que dragar el agua, que en algunas zonas alcanzó el medio metro de altura.

El partido de mañana entre el Celta y el Atlético de Madrid está ahora en peligro por las malas condiciones del campo y las instalaciones. El club informó de que la decisión de suspenderlo o no está en manos del tiempo. Aunque hasta mañana no se sabrá la resolución, para el domingo se espera la llegada de un nuevo frente que dejará abundantes lluvias.