Aunque las navidades sean un periodo festivo y no lectivo, para muchas personas se convierte en su época de mayor trabajo, sobre todo en el caso de los estudiantes. Las casas suelen estar llenas de gente y movimiento, por ello muchos universitarios u opositores deciden cambiar el escritorio de su habitación por las mesas de las bibliotecas.

Desde hoy, cientos de jóvenes vuelven a enfrentarse a los exámenes de este primer cuatrimestre tras unas vacaciones que poco tuvieron de descanso. Con el fin de las clases el 22 de diciembre, los estudiantes comenzaron a abarrotar las bibliotecas y, en palabras de la responsable de la situada en Torrecedeira, raro es el día que no se llenase. "El fin de las clases despertó la llegada del alumnado. Por ejemplo, el 28 de noviembre teníamos a 91 personas mientras que el mismo día de diciembre estábamos completos, 341 estudiantes", relata la responsable.

Dicha biblioteca, colindante a la Escuela de Ingeniería Industrial ha recibido desde mediados de diciembre hasta el día de ayer más de 5.000 alumnos, cuyas horas clave son las 12.00 de la mañana y las 17.00 horas de la tarde, cuando el número de estudiantes aumenta considerablemente. "Hubo días de haber tanta gente que tuve que ponerlos en las mesas donde están los ordenadores porque no quería que tuvieran que irse. También, en el caso de que vea que una persona se ausenta un determinado tiempo, le quitamos el sitio, con la gran demanda que tenemos ahora mismo no podemos permitir que haya sitios vacíos", relata la responsable de la biblioteca de Torrecedeira.

Los festivos tampoco frenan esta avalancha de estudiantes, ya sean de Bachillerato, Universidad u oposición. "Hoy -por ayer- que era día festivo y que seguro mucha gente habrá salido, a las 13.00 horas, que no es el mejor horario había 240 personas, el 80% de la ocupación total del centro. A partir de que empiecen las clases las cifras se van a reducir muchísimo, pero en navidades con el ruido y demás los alumnos confiesan que se concentran más en bibliotecas", añade.

Salomé Teja confirma las palabras de la bibliotecaria. Esta viguesa, opositora a la administración, reconoce que no es una habitual de estos locales de estudio, sin embargo en fiestas, asegura que es el mejor lugar para 'hincar los codos'. "Aunque no haya ruido en casa, sí en la calle, te distraes más. Yo no soy mucho de bibliotecas, pero ver a otra gente estudiando y que está pasando las vacaciones como tú te motiva más y ayuda a concentrarse mejor", asegura la opositora.

Ángel Estévez lleva frecuentando esta biblioteca desde que terminó sus clases, el 22 del pasado mes. Afirma que esperaba encontrar a menos gente aunque no acusa falta de sitios. "Siendo hoy-por ayer- festivo y estando en vacaciones no esperaba que hubiese tanta gente, pero por suerte llegué a las 11.00 horas y encontré un sitio. Sí que es verdad que este año han estado muy llenas, los lugares vacíos estaban contados", corrobora el joven estudiante de Ingeniería Química de 22 años.