Una nueva jornada de temporal provocó ayer numerosas intervenciones de la Policía Local y los Bomberos para atender las incidencias que produjeron el viento y la lluvia. La más grave ocurrió cuando un contenedor desplazado por el viento provocó lesiones leves a un anciano. El transporte de ría tuvo que ser suspendido.

Las rachas de viento registradas ayer en la ciudad, que rondaron los 100 kilómetros hora, ocasionaron la caída de dos árboles y varias ramas. Algunas, como en la zona de La Guía, caían sobre las casas, aunque sin ocasionar destrozos materiales. El viento también desplazó algunos contenedores. Uno de ellos impactó contra un hombre, que no sufrió consecuencias graves, en la calle Marín.

Los bomberos acudieron también a otros puntos de la ciudad, como la calle Jacinto Benavente, donde las chapas metálicas de una de las fábricas frigoríficas cerradas amenazaban con venirse abajo. Fueron los vecinos quienes dieron la voz de alarma, asustados por el ruido que emitían.

Varios efectivos se desplazaron también hasta la avenida de Madrid, donde un poste cayo sobre un coche y a la calle Progreso, donde tuvieron que retirar un objeto metálico que se desprendió por el viento. Además, acudieron a Gran Vía, donde un objeto navideño estuvo a punto de precipitarse, y a la calle República Argentina por peligro de desprendimiento en la fachada del edificio Ocaso.

La Capitanía Marítima de Vigo se vio obligada a suspender el transporte entre el Morrazo y Vigo a las doce de la mañana. Hasta que el temporal no remitió, a las cuatro y media de la tarde, no se retomaron los servicios.

La intensa lluvia caída dejó inundaciones en las inmediaciones del estadio municipal de Balaídos, donde el Celta disputó el partido contra el Athletic Club. Los bomberos informaron también de otras pequeñas inundaciones en algunas terrazas provocadas por la acumulación de basura.