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Los pleitos laborales caen al nivel de antes de la crisis y suben los casos contra la Administración

Los juzgados acabarán 2015 con su cifra más baja de los últimos años, pero muchas salas superan aún los módulos aconsejados -Los litigios de preferentes se desploman un 80%

Los juzgados de Vigo cerrarán este 2015 con el volumen más bajo de pleitos de los últimos años. Tras alcanzarse cifras récord debido a la inestabilidad económica, como aquellas casi 90.000 causas que llegaron a registrarse en 2009, la tendencia fue de una paulatina bajada. Pero este año, por primera vez, se regresa a los números que había antes de que estallase la crisis: a la espera de los casos que entren en estos últimos días previos a 2016, y de contabilizarse los de la sala Mercantil, la cifra global se sitúa por debajo de las 62.000 causas, un 10% menos que en 2014. La bajada es de un 30% si se toma como referencia el año en que se tocó techo. Y es que las cifras de litigiosidad sólo suben en los juzgados de lo Contencioso-Administrativo, en los de Familia y en el de Violencia sobre la Mujer. Caen en los demás tribunales, siendo particularmente destacable la reducción en los de Instrucción y en los laborales. También disminuyen los números en las salas de Primera Instancia, aunque un análisis detallado arroja que la clave aquí está en el acusado desplome de las demandas de preferentes, ya que estos órganos siguen sobrecargados con otro tipo de pleitos, como los de deudas. ¿La bajada de asuntos general sitúa a la ciudad olívica en cifras ideales de litigiosidad? Pues pese al descenso, el no es rotundo. Salvo excepciones, la mayoría de tribunales o bien alcanzan o sobrepasan por poco las cifras máximas de trabajo que establece el Consejo General del Poder Judicial, o bien las siguen superando con creces, como ocurre en las salas civiles, en las especializadas en divorcios y separaciones y en las que llevan materia laboral.

Uno de los descensos más acusados de casos, a tenor de las estadísticas de la oficina judicial de registro y reparto de demandas, se ve en los ocho juzgados de Instrucción, que en lo que va de 2015 suman menos de 38.000 asuntos, un 11% por debajo de los de todo el ejercicio anterior. Estas salas han vivido este año inmersas en reformas legales, como la del Código Penal que entró en vigor este verano y despenalizó, remitiendo al derecho administrativo sancionador o a la vía civil, algunas antiguas faltas. Entre las más significativas, por el alto número de juicios que generaban, destacaron la mayoría de imprudencias en accidentes de tráfico. También los incumplimientos de las obligaciones familiares o las faltas contra el régimen de custodia - los incumplimientos por ejemplo de los regímenes de visitas a hijos en el contexto de parejas separadas-, las injurias o vejaciones injustas ordinarias o las faltas de respeto a agentes de la autoridad. Y este diciembre empezó la nueva Ley de Enjuiciamiento Criminal: entre otras muchas novedades saca de los juzgados la mayoría de atestados sin autor conocido. Algo que contribuirá a bajar la carga de trabajo, pero dado que esta reforma es reciente, aún es pronto para valorarla en la actual estadística anual.

Primera Instancia

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En los doce juzgados de Primera Instancia -no se incluye Familia-, el año acabará con unos 12.000 asuntos, cifra que se disparará a más de 16.000 si se suman las ejecuciones. Las cifras bajaron con respecto a 2014, pero la explicación está en los pleitos de preferentes: si el año pasado se alcanzó la cifra récord de 1.039, en el actual, y tras una caída del 82%, no llegarán a 200. El resto de asuntos civiles se mantienen en niveles más altos que los habituales en períodos de bonanza, como lo evidencian los pleitos de deudas, impagos de alquiler o las causas por accidentes de tráfico.

La bajada en los cinco juzgados de lo Social (hay un sexto de refuerzo) es notoria: de un 20%. A menos de una semana de que acabe 2015, hay 5.012 demandas. La cifra más baja desde que estalló la crisis. Pese al descenso, el número de asuntos que se contabilizan justifican, a tenor de los módulos del Poder Judicial, que la sala de apoyo de esta jurisdicción se convierta, definitivamente, en el ansiado sexto juzgado laboral.

Y frente a los descensos, la litigiosidad se dispara en las dos salas de lo Contencioso-Administrativo. Los mismos juzgados que vieron desplomarse su actividad debido a dos reformas legales -una de ellas la del polémico tasazo ya eliminado para los ciudadanos- acabarán el año con más de 1.170 asuntos, su cifra más alta en casi una década. El 32% son pleitos de personal, sobre todo demandas de funcionarios de la Xunta por la paga extra y recursos de personal del Sergas sobre el cómputo de horas de libre disposición.

Demandas por deudas, desahucios, tráfico o de "fondos buitre" mantienen una alta carga en civil

  • Uno de los procedimientos estrella de los juzgados de Primera Instancia son los denominados monitorios, a través de los cuales se canalizan reclamaciones de deudas. Y este año se cerrará con más de 5.000 pleitos de estas características, a los que hay que sumar otros casos característicos de esta jurisdicción, como los más de 600 asuntos emprendidos contra inquilinos morosos que no pagan el alquiler de sus viviendas (o locales) o el más de millar de casos de accidentes de tráfico. Muchos de estos, antes de la reforma legal del verano, se canalizaban a través de los juzgados de Instrucción, pero la despenalización de una buena parte de estas imprudencias redunda en un mayor volumen de asuntos en los tribunales civiles.Si tras el boom de años anteriores las causas de preferentes han pasado a representar este año un goteo, estos juzgados han visto emerger sin embargo nuevos fenómenos. Por ejemplo, muchas demandas contra Bankia solicitando la nulidad contractual por la compra de acciones. O los fondos buitres: en 2015 se dispararon los casos de sociedades extranjeras que, tras adquirir a bancos deudas de particulares y empresas a precios irrisorios, se personan en los tribunales como nuevos acreedores para intentar cobrar a los afectados las cantidades impagadas.

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