Uno de los problema del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Vigo, que funciona a diario como sala de guardia con detenidos, juicios rápidos o resolución de órdenes de protección, son las largas esperas, de horas, que muchas veces deben realizar los abogados hasta que se celebra el juicio o la comparecencia del caso que llevan. Algo que motivó protestas de letrados al Colegio de Abogados de Vigo y que derivó en una queja formal de esta entidad. Pero ya se ha puesto sobre la mesa una solución: la decana de los abogados Lourdes Carballo y dos miembros de su junta de gobierno se reunieron ayer con la magistrada, acordando que los letrados podrán hacer la espera en la sede del colegio y serán avisados por teléfono desde el tribunal cuando falte poco para atenderse su caso.

La medida se refiere a los letrados de oficio de los turnos de violencia de género. "Los letrados se quejaban de la espera en el juzgado, donde hay escaso espacio, y el tribunal estima que deben estar a su disposición permanente; esperar en el colegio es la mejor solución, porque permite a los abogados aprovechar el tiempo para hacer otras cosas", valora Carballo. A la reunión también fue el fiscal y la letrada de la Administración de Justicia -secretaria- del juzgado.