"El objetivo es recuperar concesiones que están usadas escasamente y reubicarlas". La frase lanzada ayer por el presidente del Puerto sonó a aviso a navegantes. Aquellas empresas o particulares que retengan una concesión sin apenas actividad o que ésta sea diferente a la que se autorizó corren riesgo de perderla incluso si pagan puntualmente las tasas de ocupación. La necesidad de espacio apremia, y para Veiga, aun a sabiendas de las suspicacias que pueden originar este planteamiento, puso algunos ejemplos. "Tenemos unas cuantas concesiones así, como las dos naves ribereñas de Alfageme. Son un lujo que no nos podemos permitir", avisó.