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Una avería eléctrica paraliza varias horas el TAC y las máquinas de rayos en Urgencias del Cunqueiro

La avería obligó a reiniciar los aparatos de radiología convencional y un tac. Urgencias tuvo que recurrir a equipos portátiles, más básicos y lentos, para realizar las pruebas

Una avería eléctrica, a primera hora de la tarde de ayer, afectó al Álvaro Cunqueiro y al Meixoeiro. Los sistemas de alimentación ininterrumpida (SIA) evitaron que tuviera repercusiones en las áreas críticas, según explica el gerente del área sanitaria, Félix Rubial. Pero sí lo tuvo en otras. El servicio de urgencias no pudo acceder a pruebas de radiología convencional durante algunas horas, hasta que se habilitaron equipos portátiles. El Sergas lo atribuye a una bajada de la tensión, pero la compañía niega al respecto que se registrara incidencia alguna en toda la provincia.

La incidencia obligó a reiniciar los equipos de radiodiagnóstico que estaban en funcionamiento, un proceso que no es automático y que lleva bastante tiempo. Un sábado por la tarde, el principal demandante de estas pruebas es el servicio de Urgencias, que se concentra en el Álvaro Cunqueiro.

En este hospital, en torno a las 16 horas, se quedaron inoperativas todas las salas de Radiología convencional y solo funcionaba uno de los dos TAC existentes, según otras fuentes hospitalarias. Para poder realizar placas de huesos y tórax, se recurrió a los equipos de rayos portátiles, que se utilizan cuando un paciente está inmovilizado y no puede desplazarse al aparato en cuestión. Sin embargo, profesionales del centro señalan que no tuvieron acceso a ellos hasta dos o tres horas después. Además, resaltan que estos sistemas móviles son básicos, se recalientan fácilmente y enlentecen el trabajo. Cuentan que la escasa afluencia de pacientes ayer en urgencias contribuyó a que este "contratiempo serio" no tuviera grandes consecuencias. Rubial niega "repercusión en las demoras".

Para algunos pacientes, en cambio, la realidad que vivieron fue otra. La sala de espera de rayos llegó a acumular a 15 personas. "Llevábamos casi 6 horas esperando por una placa por un dolor en un costado de mi abuela", cuenta una acompañante a las 20.40 horas, justo tras la realización de la prueba. Más larga había sido la espera de otra señora que había llegado a las 13 horas. Se mostraban "indignadísimas y desesperadas" y añadían: "No hemos visto cosas graves, menos mal, porque como llegara un accidente grave no sé qué hubieran hecho".

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