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Borja Quiza: "En la lírica hay que equilibrar corazón y cabeza, porque la pasión se olvida de la técnica"

El cantante gallego actúa hoy en la clausura de la temporada de Amigos de la Ópera de Vigo, en la que se interpreta "Pagliacci" y "Cavalleria rusticana"

Borja Quizá, esta semana, en Vigo. // Ricardo Grobas

A pesar de su juventud, este barítono gallego ya lleva una década sobre los escenarios. Hoy, debuta en la piel del Silvio de "Pagliacci", un aldeano con el que la comediante Nedda es infiel a su marido. Una de las óperas maestras del verismo que se representa en el Teatro Afundación, a las 19.30 horas, junto a otra de las obras cumbres de este movimiento, "Cavalleria rusticana". La cita -a las 19.30 horas, en el Teatro Afundación- es la clausura del Otoño lírico 2015 de Amigos de la Ópera de Vigo.

-¿Qué destacaría del papel?

-Siendo un personaje primario, tiene una de las músicas más maravillosas del doble programa: el dúo con Nedda. Tiene unas frases líricas alucinantes y es un papel extremadamente difícil, por lo que históricamente lo han cantado mucho los grandes barítonos. Además, canto el prólogo, una de las partes más conocidas y un paradigma del verismo. Es una declaración de principios en la que el autor dice que quiere escribir desde los sentimientos verdaderos, "acotar un trozo de vida".

-¿Por qué le recomienda esta doble función al público?

-Son unas obras de una expresividad apabullante, dramones. Es verismo puro. Es de una fuerza dramática que te llega, te agarra las tripas y las retuerce. Dos historias que llegan al alma. Además, son melodías tan potentes que se usan mucho en cine y publicidad.

-Compiten con la jornada electoral...

-Con la salida de los primeros resultados, sí. Está prácticamente todo vendido, así que la gente irá a cumplir democráticamente y, luego, en vez de estar en casa esperando, qué mejor que venir al teatro a disfrutar de una buena ópera. Cuando salgan, ya se incorporarán a la realidad. Veremos un poco de verismo dentro del teatro, luego ya nos toca otro fuera.

-Usted iba para informático. ¿Cómo acabó de cantante?

-Estudié ingeniería informática e hice muchas cosas. Siempre he sido 'culo inquieto'. Con 13 años quería ser tirador profesional de esgrima; aún sigo practicándola. Me gustan muchas cosas, pero sin duda, el canto gana. Siempre he estado en contacto con la música. Desde que nací había un piano en casa. Entre las mil actividades que hacía de niño, empecé en coros. Me cambió la voz pronto, con 13 años ya cantaba de barítono. Luego, profesores del coro de la Sinfónica de Galicia me propusieron que me dedicara en serio y fue como un clic: "Es verdad, llevo 12 años con la música y nunca me lo planteé como opción real".

-Hace 6 años de su incursión en el cine con "Io, Don Giovanni", de Carlos Saura. ¿Cómo la recuerda?

-Fue una experiencia fantástica e inesperada. Me vieron en una producción de teatro en Italia y buscaban a alguien que se pareciera al que cantó por primera vez "Don Giovanni". Saura es muy cercano y con mucha energía, como un niño con ganas de aprender y preguntón. Teníamos conversaciones de horas intercambiando pasiones. Yo soy muy pasional y él, igual, como un adolescente ilusionado. El cine es muy diferente al del teatro; no lo cambio, pero al probarlo se aprende mucho.

-¿Se necesita ser pasional en la ópera?

-Sí, pero controlado. Una de las grandes dificultades de la lírica es que hay que encontrar el equilibrio entre corazón y cabeza, porque si te dejas llevar demasiado por las pasiones, te puedes cargar la voz. La pasión se olvida de que existe una técnica. El famoso tenor Beniamino Gigli decía: "A mí me pagan por emocionar, no por emocionarme". Uno tiene que tener el control del personaje desde arriba, como si manejara una marioneta de uno mismo.

-¿Qué planes tiene ahora?

-Seguir remando. Estos 3 o 4 últimos años han sido difíciles. La crisis afectó a todos los países en la cultura, pero en España e Italia ha sido exagerado. Cerraron teatros, temporadas estables y, las que no, redujeron la producción. La cultura siempre se relega como última necesidad. Sí es cierto que se nota un repunte. La agenda del próximo año s estupenda y tengo proyectos muy interesantes.

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