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El perfil de la solidaridad

Mujeres y alta formación, el músculo del voluntariado

El 70% de los 1.500 inscritos en la Oficina Municipal de Voluntariado son mujeres; un tercio de los particiantes tienen un título universitario

El voluntariado municipal se escribe en femenino. De las cerca de 1.500 personas inscritas en la Oficina Municipal de Voluntariado (OMV) el 70% son mujeres, quienes también han protagonizado 430 altas más que los hombres a lo largo del último lustro. La labor de los participantes se centra, fundamentalmente, en realizar labores de acompañamiento, apoyar a entidades locales y a los organizadores de eventos y colaborar en actividades culturales. Si se suman los anotados en los programas de la Concellería de Medio Ambiente, la Federación Recreativa El Olivo y la Agrupación de Centros Deportivos e Culturais, el número total de voluntarios que moviliza la OMV de Vigo supera las 2.300 personas.

El perfil de los inscritos es muy diverso, pero hay también una mayoría con características bien definidas. Más de la mitad de los voluntarios tienen entre 35 y 65 años -la edad media de los participantes roza los 48- y nueve de cada diez son de origen español. El restante 10% se divide entre inmigrantes latinoamericanos, los llegados de otros puntos de Europa y oriundos de África. Según los técnicos del Concello, este último colectivo goza de escasa representación, pero destaca por ser "muy participativo".

En cuanto al nivel de formación, un tercio de los voluntarios de la OMV cuentan con estudios universitarios medios o superiores. "Eso supone que una de las características del voluntariado actual en la ciudad es su alto nivel de formación", reflexionan desde la oficina. Más del 40% de los voluntarios disponen de un trabajo -el 33% del total son empleados y el 8% autónomos-, el 19% está en paro, el 12% son estudiantes y el restante 28% engloba a personas que afrontan diferentes circunstancias, como por ejemplo los jubilados.

La mayoría de las personas inscritas en la OMV dedican a su labor entre cuatro y seis horas a la semana, que reparten en tres jornadas. Uno de los trabajos más frecuentes es la colaboración con entidades de discapacitados, labor a la que se dedican aproximadamente el 41% de los participantes. La otra actividad más numerosa es la ayuda a desfavorecidos (16%) y las labores de cooperación (15%). Aunque las acciones de voluntariado cultural se incorporaron hace poco al catálogo de la OMV, están teniendo una "buena acogida" y ya permitieron realizar 50 actividades a lo largo del último año. Destacan entre sus retos, por ejemplo, el fomento de la lectura, los museos, la música o las rutas y esculturas.

A lo largo de la última década el número de altas en la OMV ha experimentado altibajos. El mayor "pico" de inscritos se logró en 2012, cuando se anotaron en la oficina 707 personas -450 mujeres y 257 hombres-, casi el triple que el año anterior. En 2013 el total bajó a 475; en 2014, a 272 y en 2015, a 118. El número de participantes se mantiene estable por el balance de bajas y altas. De hecho, apenas ha variado con respecto a 2014. A los inscritos en la OMV se suman además los voluntarios que colaboran con otras entidades, como asociaciones vecinales, deportivas, culturales, sociales... Lo que sitúa el total de colaboradores de la ciudad -según los cálculos de los expertos- en más de 4.000 personas.

La labor de los voluntarios de la OMV ha permitido sacar adelante proyectos clave y de gran éxito, como las acciones medioambientales del programa Camiño a Camiño. En él se engloban, entre otras, la puesta a punto de las rutas forestales que se han preparado a lo largo de los últimos años; los trabajos de limpieza del entorno del río Lagares; o los huertos urbanos.

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