El estudio avala la aplicación a escala industrial de la técnica de inducción a la triploidía y ha dado lugar a tres artículos publicados en las revistas internacionales Aquaculture y Aquaculture International, además de contar con otros dos en proceso de revisión.

Entre los logros figura también la puesta a punto de una metodología para determinar el porcentaje de ejemplares triploides obtenidos. Es efectiva al 100% a cualquier edad además de poco invasiva, puesto que solo necesita una pequeña muestra de tejido.

"Las técnicas existentes eran caras o complicadas, pero la nuestra, basada en la extracción de ADN y marcadores moleculares, es mucho más barata y simple y se podría implementar en cualquier planta de cultivo", explica el biólogo vigués, que verificó sus resultados con los obtenidos por citometría de flujo.

Todos los experimentos requirieron el cultivo de 6 familias, cada una integrada por unos 200 individuos, para comparar los ejemplares triploides y diploides.

Los resultados tienen aplicaciones más allá de la acuicultura, pues los ejemplares triploides son modelos de investigación básica muy interesantes. "La determinación sexual del rodaballo todavía no está muy clara y estos animales podrían ayudar a avanzar en el conocimiento", apunta Hernández que, junto a Rosa Cal, mantiene la colaboración en este campo con el grupo de genética de Paulino Martínez.