Dos tercios de los ingresos del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi) entran a través de urgencias. Con una puerta de emergencias en el Xeral y otra en el Meixoeiro, el equilibrio en el reparto entre los dos hospitales era sencillo. Venía dado por la población de referencia de cada uno, salvo en contadas especialidades -que se concentraban en uno en concreto-. En el nuevo Chuvi sigue habiendo dos centros entre los que repartir la carga, pero la vía de entrada principal se ha concentrado en uno de ellos, el Álvaro Cunqueiro. Con una tendencia natural a no trasladar al paciente, el resultado es que mientras uno está en unos niveles muy elevados de ocupación, el otro tiene más de la mitad de sus camas vacías. La Gerencia del área trabaja en la aplicación de protocolos para
El nuevo hospital de Vigo, a primera hora de la tarde del viernes, tenía ocupado el 87,7% de sus 845 camas operativas. Es decir, encaraba el fin de semana con 104 camas libres. Mientras, en el Meixoeiro solo había 161 pacientes ingresados, el 46% de su capacidad. El buen tiempo aún está manteniendo en niveles bajos las necesidades de hospitalización, pero la situación empieza a cambiar.
En la nueva distribución de la actividad del Chuvi, la hospitalización del Álvaro Cunqueiro está destinada a los enfermos agudos o de altos requerimientos terapéuticos y diagnósticos, así como los relacionados con la cirugías complejas , los del área materno-infantil y psiquiatría de agudos. En el Meixoeiro se reservan 224 camas para crónicos reagudizados, pacientes de geriatría y de cuidados paliativos, y otras 120 para las cirugías de corta estancia.
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El problema está en los pacientes de especialidades médicas -Medicina Interna y Geriatría, principalmente-. El gerente del área sanitaria, Félix Rubial, explica que cuando un crónico llega a las urgencias de Beade porque se ha agudizado su patología hay una "tendencia natural" a dejarlo ingresado en el nuevo hospital, en vez de enviarlo al Meixoeiro, aunque cumpla los criterios para ello. Este problema no solo es una cuestión de camas, sino de recursos en general. También afecta al personal, como le ocurrió a Medicina Interna, con la plantilla dividida entre ambos hospitales. Ante esta situación, el servicio se vio obligado a redistribuir a sus facultativos.
Rubial señala que necesitan "un reparto más equitativo de los ingresos del área médica que permita tener un mayor rendimiento al Meixoeiro y esponjar" el Cunqueiro. Trabajan en ello. Primero, pusieron a una persona para analizar si todos los hospitalizados en Beade cumplían los requisitos. "Fue una prueba y se comprobó que había algunos que podían estar perfectamente en el Meixoeiro", explica. Concluyeron que hay que insistir en la aplicación de los protocolos de derivación desde urgencias por parte de los profesionales de guardia médica.
De todos modos, asegura que aún no ha habido "un solo problema de camas en el Cunqueiro". "El hospital está absorbiendo perfectamente las necesidades de los pacientes urgentes" y niega que la alta ocupación del nuevo hospital pueda repercutir en la anulación de cirugías. "Además, tenemos la elasticidad de la segunda cama", recuerda y el Sergas asegura que aún no ha habido necesidad de "desdoblar" habitaciones y aumentar las 845 camas operativas del centro.
