Volver al minuto uno en la tramitación del Plan Xeral podría dejar a Vigo con el urbanismo paralizado hasta el tramo final del mandato en un momento en el que la actividad inmobiliaria parece levantar cabeza. Los primeros análisis jurídicos del fallo del Supremo en el Concello apuntan a que será necesario partir otra vez de cero en el procedimiento, según fuentes municipales, lo que requiere de una nueva aprobación inicial, exposición pública, estudio de las alegaciones, recabar todos los informes sectoriales, aprobación provisional también en el Concello, la evaluación ambiental estratégica y el visto bueno final de la Xunta. Una sucesión de pasos laboriosos que podría prolongarse como mínimo tres años, estiman expertos consultados, y que no solo depende del Ayuntamiento, ya que intervienen todas las administraciones al ser necesarios informes de distintos departamentos estatales y autonómicos.
El Plan Xeral ya existe, lo que ahorra el complejo trabajo de base. Sin embargo es imprescindible actualizarlo, o de otro modo todos los planes tramitados en estos siete años, así como las trece modificaciones realizadas sobre aspectos puntuales, no habrán servido de nada. Casi con seguridad Urbanismo deberá contratar un equipo que se encargue de la revisión e incorporar ordenación detallada a los ámbitos que cuenten ya con planes al menos aprobados inicialmente. Entre los residenciales figuran Barrio do Cura -ya con todo el trámite cumplido-, varios de Samil, Cabo Estai, y Tomás Paredes..
La edil de Urbanismo, según fuentes municipales, mantuvo ayer a primera hora una reunión con los técnicos de planeamiento para estudiar el nuevo e inesperado escenario y las perspectivas de minimizar daños. Todos los ámbitos serán examinados "uno a uno" para conocer la viabilidad de seguir adelante en la tramitación en los que tengan cobertura con el plan anterior. En cuanto a las licencias, las concedidas que no hayan sido objeto de recursos judiciales en principio no estarían comprometidas, aunque sí las pendientes de resolver recursos, ya sean administrativos o judiciales.
El nuevo PXOM debe ser informado otra vez por los diferentes departamentos municipales y obtener autorizaciones autonómicas y estatales, con lo que los tiempos no solo dependen del Concello. Tras la aprobación inicial habrá que someterlo a exposición pública. En el anterior periodo se presentaron más de 60.000 alegaciones. Aunque muchas de ellas seguían un modelo tipo, examinarlas y contestarlas es un trabajo arduo. Los siguientes pasos hasta que Vigo tuviese nuevo plan serían el procedimiento ambiental, la aprobación provisional de nuevo en pleno y la ratificación por parte de la Consellería de Infraestructuras tras examinar toda la documentación.
