La temperatura política del pleno se elevó en varios momentos con rifirrafes a todas las bandas. Como ya había hecho días atrás, el alcalde llamó "indecente" a Marea por abstenerse en la votación de dar a una calle el nombre de Vanessa Lage, la agente fallecida en el atraco de O Calvario hace ahora un año. Un calificativo que según criticó Rubén Pérez supone una "falta de respeto más" del gobierno local hacia la oposición y en particular a su grupo.
Elena Muñoz, visiblemente irritada, respondió a David Regades que no es quien de darle "ni una sola lección" después de que el edil socialista, en tono pedagógico, le recomendara al PP que "trabaje y consulte las actas de las juntas de gobierno, que son públicas", para obtener la documentación que reclama sobre el coste de los dinosetos y olivos, que se pagan con cargo a la prórroga de Aqualia. "Tiene muy poca vergüenza, los vigueses pagan sus setitos con el recibo del agua", espetó la edil. Caballero le preguntó después "por qué no cambió el PP la tarifa cuando gobernó".
Elena González y Cayetano Rodríguez protagonizaron otro momento álgido de tensión. La concejala popular sugirió, tras un roce en otro momento del debate en el que se sintió ofendida, que el edil socialista, pese a defender públicamente la sanidad pública, está "haciendo lo imposible para irse a la privada", sugiriendo que tiene planes profesionales en este sentido. "Lo desmiento absolutamente. Formo parte orgulloso de este grupo municipal", proclamó Escudero. El enfrentamiento continuó, al punto de que Elena Muñoz llamó la atención a González para que parase, pese a lo cual la edil no se retractó.
Todo ello en un pleno en el que se aprobó por unanimidad la propuesta de adherirse al código de buen gobierno local de la FEMP. La oposición criticó la "desfachatez" de los socialistas por plantearlo al denunciar "incumplimientos de acuerdos y falta de información reiterada", mientras que el portavoz del PSOE, Carlos López Font, destacó la "transparencia" del Ejecutivo vigués.
