El primer rector de la institución olívica recibe hoy la medalla que lo acredita como Amigo Distinguido de la asociación Alumni Universidad de Vigo durante un acto que se celebra esta tarde en el Auditorio Municipal de Areal (20.00 horas). Luis Espada y el colectivo que lo premia comparten un mismo objetivo: recuperar el contacto con los antiguos alumnos que se encuentran repartidos por 37 países de todos los continentes.
-Al acto asistirán el exfiscal jefe del TSXG Carlos Varela, el alcalde, el rector y el presidente del Consello Social.
-Asumo la medalla como un símbolo del trabajo por y para la Universidad. Agradezco el detalle a la Asociación Alumni y llevaré esta distinción con el máximo cariño. En mi intervención haré constar que he tenido relación con todos los invitados en distintos momentos a lo largo de estos 25 años de vida de la Universidad. Carlos Varela me enseñó la importancia de las mediaciones mientras fui presidente del Tribunal de Garantías y que tener que llegar a abrir un expediente suponía el fracaso de la negociación. El actual rector recibió ofertas de Santiago cuando nos segregamos y el alcalde, que es el profesor más antiguo de la Universidad, pronunció la primera lección magistral en 1990 ante Fraga. Y con el Consello Social siempre he tenido una relación muy fluida y ha respaldado los estudios que hemos hecho.
-El rector le ha encargado la misión de tender puentes con los egresados, una labor que comparte con la asociación Alumni Vigo.
-Llevo varios años con el tema de los egresados, desde que soy emérito. Hemos hecho un estudio sobre los alumnos que se titularon entre 2005 y 2010 porque son los que pueden darnos más información sobre qué les faltó en los planes de estudio y también nos ofrecen la posibilidad de venir a impartir charlas o reciclarse con cursos de formación. Tenemos alumnos en 37 países y el 95% de los que están fuera trabajan en su profesión. Además un 10% son altos cargos directivos. Queremos fortalecer este cordón umbilical de cara al futuro. Ellos nos enseñan los que no sabemos.
-¿Cómo avanza la idea de crear un club social con los antiguos alumnos?
-Ya tenemos una base con datos de 3.000 titulados. El 85% de ellos están orgullosos de haber estudiado en Vigo y nos servirán como punto de enlace. Los hemos organizado por ámbitos de conocimiento para que se conozcan entre ellos. Es el comienzo de un proceso que empieza a funcionar. Ellos quieren recibir información sobre la universidad y los departamentos y nos hacen muchas preguntas.
-Mantener estos vínculos garantiza que también se puedan convertir en mecenas de la institución como ocurre en las universidades anglosajonas.
-En España no hay esta cultura, pero ya tenemos a las personas, que es por donde hay que empezar. Una universidad tiene otras prioridades y problemas cuando nace y ahora quedaba esta asignatura pendiente de fortalecer relaciones con los egresados.
-Durante su etapa como rector se creó el Tribunal de Garantías.
-Es una contribución que ha hecho esta universidad al sistema de todo el país. El defensor nace en Vigo conmigo como rector y en 2001 pasa a ser una institución obligatoria. Antes de esa fecha no existía esta figura en todos los centros ni había conexión entre los defensores. De aquí también sale la idea de crear una red entre todos.
-¿Cree que ha ido en aumento la conflictividad en la comunidad universitaria?
-No tengo esa sensación. Siempre ha habido conflictos y a veces es imposible llegar a un acuerdo y se agotan las avenencias.
-La Universidad tendrá por fin una sede institucional en O Berbés. El Casco Vello acogió también el primer rectorado.
-Todo lo que sea recuperar presencia en Vigo es positivo, sin duda alguna. Siempre hay que tener una sede en la ciudad, porque al campus es difícil que se desplace la gente.
-¿Cuál es su balance de la Universidad en sus primeros 25 años de vida?
-Es muy positivo. En 25 años se han hecho muchas cosas y lo bueno de cada rector es que ninguno ha sido político, sino que todos hemos actuado como académicos. La Universidad está consolidada y avanza bien. La ciudadanía puede estar orgullosa de ella y lo digo con la mayor objetividad. Es algo que compruebo en los egresados que al fin y al cabo son los hijos que hemos sacado. Sobre todo en el mundo tecnológico, los profesionales que trabajan en Alemania, Reino Unido o EE UU nos piden que no se baje el nivel de la formación, que continúe siendo tan buena.
