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Construcción del recinto amurallado de Vigo y su motivación

La guerra con Portugal (1640-1668) fue el detonante de la primera fortificación levantada por los vigueses

Detalle del plano de Vigo del Servicio Geográfico del Ejército en 1855. // Jaime Garrido

La villa de Vigo fue fortificada en la década de 1650, en gran medida por el propio pueblo vigués, con sus manos y reducidos medios económicos, con motivo de la guerra con Portugal y sus aliados ingleses (1640-1668) durante veintiocho años y suponiendo un peligro eminente por la proximidad del enemigo que se había instalado y fortificado primeramente en Salvaterra do Miño y posteriormente en Goián, donde establecieron un puente de barcas con Vilanova de Cerveira y así poder pasar las tropas del ejército portugués, tal como lo hicieron con 12.000 infantes y 2.500 caballos al mando del general francés Conde de Schomberg, en 1665, invadiendo el sur de la provincia de Pontevedra.

Los archivos militares y otros españoles (Instituto de Historia y Cultura Militar, Servicio Geográfico del Ejército, Segovia, Simancas, etc.) disponen de muy poco o casi nula documentación que nos señalen cómo se fueron construyendo las murallas de Vigo y menos aún se ha localizado plano alguno de los proyectos de las mismas.

Afortunadamente en el archivo municipal del Concello vigués se custodian algo más de doscientos folios que describen desde el año 1650 al 1700 actuaciones contemporáneas de las citadas obras, pero que tienen la tremenda dificultad de su lectura, propia de especialistas en paleografía. La letra y abreviaturas del barroco tienen mucha dificultad en su comprensión.

Los directivos del Instituto de Estudios Vigueses que altruistamente se destaca en investigar y dar a conocer la interesante, valiosa y a veces desconocida historia de nuestra ciudad, tuvieron una entrevista con el Sr. Alcalde Caballero para darle a conocer la imperiosa necesidad de que contrate a alguna persona becaria y con conocimientos de paleografía, al objeto de transcribir esa interesante documentación. Una vez conocida le permitiría al citado instituto llevar a cabo el proyecto que tiene para realizar un completo estudio sobre el casco antiguo de Vigo, su recinto amurallado y su desarrollo urbanístico de los últimos siglos.

El IEV y sus miembros carecen de medios económicos y de conocimientos de paleografía para llevar a cabo las transcripciones aludidas, sin las cuales el estudio o trabajo que se propone quedaría flojo, huérfano. Por eso confía plenamente en que desde la Alcaldía y la Concejalía de Cultura se lleve a cabo la mencionada solicitud que al parecer fue recibida con gran entusiasmo por el Sr. Alcalde considerando su elevado interés para el conocimiento de la historia viguesa.

Es de hacer constar que el Instituto de Estudios Vigueses ha recopilado ya amplia información sobre el urbanismo histórico del Vigo antiguo o Casco Vello con el nombre y trazado de sus calles y su evolución hasta la actualidad, así como dispone ya de abundante material gráfico de su recinto amurallado y proyectos de reformas de los archivos militares de los siglos XVIII y XIX.

Es de hacer notar que la guerra de Portugal fue el detonante principal para que la villa de Vigo construyera su recinto defensivo de unos 1.300 metros sin contar con los castillos de San Sebastián y del Castro, pero no es menos cierto que a partir de los ataques de los ingleses y sobre todo el del corsario Francis Drake, llevado a cabo el 30 de junio de 1589 con 213 navíos arrasando cerca de 270 casas de las 500 más o menos que había en Vigo, motivara al pueblo vigués y a Felipe II en la necesidad de llevar a cabo fortificaciones en la villa. El monarca envió al ingeniero Leonardo Turriano en 1597 para que entre otras poblaciones levantara el primer plano de Vigo que se conoce, con las medidas de su entorno para calcular las murallas a realizar y de las que se llevaron a cabo sólo un par de plataformas para ubicar algunas piezas de artillería. En cambio sí se llevaron a cabo fortificaciones en Baiona y A Coruña que pertenecían a la monarquía española.

Sobre el recinto amurallado de Vigo tenemos dos referencias que no especifican ni mucho menos la totalidad de las obras de fortificación. La primera es la inscripción que existía en el lado izquierdo de la puerta de la Gamboa y que nos la transcribe el que fue cronista oficial de la ciudad, José Espinosa: "Reynando la católica majestad de Felipe III, Rey de las Españas, el exmo. Sr. D. Vicente de Gonzaga, gr. Y capitán gnl de este reyno, circumbalo esta villa siendo gr. en ella D. Jacinto Sarmiento Barraganes. Esta puerta baluarte y 2 cortinas hizo el capitán D. José Pardo y Andrade, con su compañía. Que todo destino el capitán D. Andrés de Arce y Castro. Año de 1656".

La otra referencia es la del historiador contemporáneo de las obras de fortificación, Fr. Felipe de la Gándara en su libro "Armas y triunfos de los hijos de Galicia". "En la villa de Vigo se hizo una muralla que ciñe toda la villa con sus torreones y plataformas, y fortificaciones dentro de la mar, para lo que se deshicieron muchas casas y edificios, en que se gastaron 200.000 ducados". Es de reconocer que parece poco costo si comparamos con los 400.000 que costó el castillo de tierra de Aitona, enfrentado a Salvaterra o el de San Luis Gonzaga de cinco baluartes, realizado por los españoles en tierras portuguesas de San Pedro de la Torre, que costó según Gándara 500.000 ducados.

Dos libros de mi autoría relatan otras fortificaciones viguesas: "Vigo, la ciudad que se perdió" y "El origen de Vigo, el monte del Castro y su castillo".

*Arquitecto y miembro numerario fundador del Instituto de Estudios Vigueses

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