El arquéologo belga evoca su primera gran aventura en el "salvaje" mar de Vigo. //ÁNGEL VILA

Robert Sténuit evocó ayer sus primeras inmersiones en la ría donde descubrió su vocación mientras buceaba y sacaba "muchos centímetros cúbicos de fango de la ensenada de Rande" en busca del tesoro de los galeones. La Semana de Cine Submarino, que celebra su 25 aniversario, homenajeó en su acto de apertura al afamado arqueólogo submarino que participó en la expedición de 1955 y también a la conservera Frinsa, patrocinadora del documental "El legado de las rías gallegas", cuyo autor, el vigués Jorge Candán compartió un coloquio posterior con el veterano historiador.

Sténuit (Bruselas, 1933) brindó su premio al millar de asistentes que llenaban el Teatro García Barbón y dijo estar "verdaderamente encantado" de volver a la ciudad para recordar "la primera gran aventura" de su vida. "Los años que pasé aquí buceando y buscando un galeón en las islas Cíes me enseñaron lo que fue mi profesión después. Descubrí y exploré 19 cascos de buques gracias a todo lo que recibí aquí", reconoció.

El arqueólogo, que momentos antes del acto confesaba que él y los demás buzos dieron buena cuenta del lumbrigante con el que posa en una de las fotos de la exposición "Os buscadores do tesouro", también expresó su satisfacción por poder recorrer de nuevo lo "paisajes maravillosos" de la ría.

Sténuit recibió su premio de manos del director de la Semana de Cine, José Luis González, y del vicerrector Manuel Fernández, mientras que el director de Sostenibilidad de Frinsa, José Aller, recogió el galardón para la conservera por su compromiso con la divulgación.

Antes de la proyección del documental de Candán, los asistentes disfrutaron con la película de 27 minutos rodada por Owen Lee, otro integrante de la mítica expedición, y cuyos títulos de crédito ya advierten su carácter de "semificción basada en una historia muy real".

El documental, con imágenes en blanco y negro y en color, muestra la llegada del grupo liderado por el norteamericano John S. Potter a una tierra de paisajes "más irlandeses que latinos", donde suena la muiñeira y la pesca de la sardina es el principal sustento.

"Convencidos" de hacerse "millonarios en un mes", los buzos reclutan para sus inmersiones en Rande una rudimentaria chalana con la plegaria "Dios te guarde" bien visible en la popa y con un motor diesel que había que poner en marcha con un soplete. Disfrutan de las "deliciosas" ostras incrustadas en los cañones que rescatan, pero la frustración cunde cuando después de meses de trabajo descubren que pertenecen a un navío de guerra y no a un galeón.

La película relata entonces cómo establecen su base en Baiona para buscar el buque hundido en Cíes. Destacan sus "aguas cristalinas", en las que pueden verse tiburones. "Cada inmersión era un viaje a otro planeta", dice la voz en off de Owen Lee.

Al estilo de un película de aventuras y con mucho humor, los buzos aparecen buscando a un pescador de congrios, Fernández Fernández, que fallece antes de ayudarles a localizar el pecio, y también relatan sus rifirrafes con la Armada española. La imagen de su moderno Jeep arrastrado por un carro de vacas ilustra su infructuosa aventura, en la que solo obtuvieron la moneda de plata que Owen muestra a cámara.