Un vigués afronta un año de cárcel como presunto autor de un delito de violencia sobre la mujer -coacciones leves continuadas con quebrantamiento- por comunicarse con su expareja mediante llamadas y mensajes por Facebook y WhatsApp, pese a estar en vigor una orden de protección que le prohibía aproximarse y comunicarse con ella. Varios mensajes eran fotos de su pene. El imputado, que fue expulsado de la sala de Penal 1 a medio juicio por intervenir sin estarle permitido, se declaró "inocente": "No la llamé ni le envíe mensajes". Muy distinta fue la versión de la mujer, que testificó protegida por un biombo y ratificó que él la telefoneó y le envió fotos y mensajes, en los que le decía que la "quería mucho" y que no siguiese con el proceso judicial. "Ahora hace ya tiempo que no me molesta, pero me siento intimidada por él, los hechos pueden repetirse; sólo quiero que no se acerque a mí", manifestó.
La orden de protección estuvo vigente durante dos años hasta diciembre de 2014. Los hechos a juicio ocurrieron en abril, julio y agosto de 2014. "Él es una persona que no está bien, que no puede estar en la sociedad, algún trastorno tiene", afirmó la víctima sobre el acusado.
La forense, al respecto, señaló que el acusado sufre de base un trastorno de personalidad con rasgos obsesivos y compulsivos y que, en octubre de 2014, se le diagnosticó una esquizofrenia paranoide "de carácter reactivo" y "puntual". La defensa pide la libre absolución del imputado en base a ese trastorno. El fiscal pide un año de cárcel y otros tres de alejamiento y prohibición de comunicación con la víctima: señala que la intención del acusado remitiendo los mensajes era "menoscabar la integridad psíquica" de la mujer y "retomar la relación".
