La relación de problemas detectados en el Álvaro Cunqueiro y transmitidos por los jefes de servicio a la Gerencia del área no tiene fin. Entre otras cosas, incluye falta de espacios, déficits de material, mobiliario y equipamiento, insuficiencia de personal o errores en el diseño de los circuitos y la coordinación. Las peticiones van desde cosas complejas, como la construcción de más habitaciones y locales de consultas, hasta otras en apariencia tan simples como la entrega de las tarjetas para acceder a zonas de acceso restringido. Multitud de cuestiones que afectan al día a día y cuya resolución se eterniza o, simplemente, no llega. Las dificultades a las que se enfrentan para arreglar cualquier cuestión y la falta de respuestas efectivas por parte de sus superiores, es lo que ha llevado al límite la paciencia de los 28 mandos intermedios del Chuvi que se han rebelado contra la Dirección.
Entre los problemas que necesitan que se resuelvan antes está la localización de los profesionales. La falta de cobertura en la mayor parte del edificio imposibilita que se haga a través de los habituales teléfonos móviles y, aunque facilitaron unos wifi, en áreas como Urgencias -precisamente, donde se mueven muchos facultativos de guardia- no funciona la red. Así que, cuando se necesita de sus servicios, no queda otra opción que salir a buscarlos, con la dificultad añadida de las grandes dimensiones del complejo.
Los responsables también ven indispensable contratar más personal para atender unos espacios más grandes. En muchos servicios son la misma plantilla para más habitaciones. Las largas distancias tampoco se han tenido en cuenta en el diseño de algunos circuitos que conviene revisar como, por ejemplo, pacientes demasiado lejos de la UCI.
Otro asunto que urge resolver es el de esterilización, tanto por fallos en la limpieza como de coordinación, que impiden que los quirófanos cojan ritmo y están descontrolando las listas de espera. Aunque el Sergas anunció que ya se había comprado nuevo material quirúrgico para paliar esto, los profesionales aseguran que no ha llegado todo el necesario. El gerente del área, Félix Rubial, defendió que las cancelaciones de operaciones por estas cuestiones ya son "puntuales".
Aún hay equipamiento por llegar y falta mobiliario de todo tipo. Se apañan con mesas y sillas que ellos mismos tienen que recolectar en otros centros. Las llaves y tarjetas de acceso llegan a cuenta gotas y tras tramitar mucho papeleo. Las dificultades para pedir un enchufe es el ejemplo más repetido para ilustrar la situación, pero los problemas más serios y difíciles de solventar son los estructurales. Además de habitaciones para médicos residentes de guardia, piden la construcción de baños en paritorios y zona de colonoscopias, así como más locales de consultas. Denuncian que se han quedado escasos desde el principio y que se ven obligados a compartir agendas, lo que prevén que afecte a la espera.
No están obteniendo respuestas efectivas por parte del equipo directivo y están "agotados de pegarte contra un muro". Esto ha provocado que la relación con miembros del equipo directivo se haya deteriorado. Algunos ya la califican de francamente mala e, incluso, bronca por momentos.
Todos están de acuerdo en que ya no tienen confianza en el equipo directivo para la resolución de los problemas, pero hay diversos motivos. Unos lo atribuyen a la "incapacidad" de algunos de sus miembros y piden "personas que sean receptivas, que resuelvan pronto y no te causen más problemas". Otros, en cambio, dudan de que la situación se vaya a resolver con dimisiones y entienden que el problema de fondo es que no hay presupuesto -hay que esperar al próximo año para utilizar la partida de 14 millones reservada- y las dificultades que se derivan de la "bicefalia" en la dirección -la pública sanitaria y la privada de los servicios no sanitarios y la obra-.
