Bilbao sondea al Arnette O'Marisquiño para captar el festival. Representantes del consistorio vasco se reunieron ayer -en el municipio vizcaíno- con los organizadores de la emblemática cita de cultura y deportes urbanos que acoge Vigo desde sus orígenes, hace más de una década y media. La entrevista se celebró aprovechando la presencia del director del festival, Carlos "Pity" Domínguez, en Turistopía, una cita para profesionales del turismo que se celebra en Bilbao y cuenta entre sus patrocinadores con el Ayuntamiento de la ciudad. En su conferencia "¿Y si Vigo fuera California?", "Pity" explicó la estrategia, orígenes y éxito de O'Marisquiño. Esta no es la primera vez que el consistorio vasco deja entrever su interés en el festival urbano, pero sí la primera en que ambas partes se sientan para abordar el tema. En el pasado se apuntó a Barcelona como otra de las urbes que aspirarían a captar O'Marisquiño.
Domínguez insiste en que no hay nada decidido y remarca su deseo de que O'Marisquiño se mantenga en la ciudad que lo vio nacer. "Continuamos intentando cerrar un acuerdo plurianual con el Ayuntamiento de Vigo, la Diputación y la Xunta, pero no podemos contar nada más. Está todo en el aire", anota. Las razones que llevan al festival a escuchar las ofertas del municipio vasco serían dos: la primera, que la organización necesita una mayor inversión para que el festival pueda crecer; y, segundo, el espacio. Edición tras edición O Marisquiño atrae a más visitantes y sus responsables plantean que el festival siga expandiéndose.
"Nuestra intención ha sido siempre quedarnos en Vigo y estamos trabajando en ello. El éxito del año pasado nos obliga a reestructurar el festival y a mejorar las instalaciones, la visibilidad de las competiciones y la seguridad del público; ya no cabemos en el Puerto", comenta Joako Ezpeleta -otro miembro de la organización del festival-, quien advierte también de los factores económicos: "Los últimos años el festival ha sido deficitario mientras la ciudad recibe un retorno de 12 millones de euros".
A finales de mayo pasado el alcalde, Abel Caballero, avanzaba que el Concello tenía "un acuerdo a largo plazo" con O'Marisquiño que garantizaría su continuidad hasta al menos 2018. "Cambiar de ciudad creo que no sería bueno ni para los organizadores", valoraba entonces el regidor. Ese mismo día el festival escribía en su perfil de Twitter que ambas partes -Concello y organización- habían cerrado "un acuerdo para 2015". "Eso es todo por el momento", zanjaba.
Meses después -y ya finalizada la edición número quince-, el regidor volvía a garantizar la continuidad de la cita en Vigo: "O'Marquisquiño no tiene techo y tampoco queremos que lo tenga. El acuerdo está hecho, el evento no se va de Vigo ni que nos maten, lo queremos tanto como sus organizadores".
Los presupuestos de 2016 contemplan un aumento notable de la inversión destinada al festival, que se duplicará con holgura. De los 40.000 euros que destinó el Consistorio en 2015 a la cita de cultura y deportes urbanos se pasará, el próximo ejercicio, a 82.000 euros. Hasta la fecha cerca del 60% del presupuesto que maneja O'Marisquiño proviene sin embargo de empresas privadas. A lo largo de su década y media de vida la cita ha ido ganando en dimensiones, importancia y repercusión, hasta lograr el interés de los medios internacionales.
Un encuentro que atrae a 125.000 personas y 12 millones de euros
- A lo largo de su década y media de historia el festival Arnette O'Marisquiño ha logrado consolidarse como una cita de repercusión internacional, que atrae la atención de medios especializados de todo el mundo y acoge en su completo planing competiciones de primer nivel, como la Copa del Mundo de Skateboard. Esa "huella" se deje sentir también en la economía local. Durante los tres días que dura el festival los hoteles del centro de la ciudad -las pruebas y exhibiciones se concentran en los alrededores del Náutico y el puerto- cuelgan el cartel de "no quedan plazas" y la hostelería se beneficia de un importante repunte en su facturación. Según el sector, el festival es la segunda cita más rentable del año, solo por detrás de Conxemar. A su éxito contribuye el mes en que se celebra: a principios de agosto, la mejor época para los alojamientos.El balance de la última edición de O'Marisquiño, que se celebró entre el 7 y el 9 de agosto, habla por sí mismo. Los datos que maneja la organización revelan que el festival -que dura apenas 72 horas- atrajo a la ciudad a más de 125.000 personas y dejó una recaudación cercana a los 12,5 millones de euros. Los datos suben y mejoran además año tras año.Durante las tres jornadas que dura el evento el entorno de As Avenidas y A Laxe rebosa de deportistas, aficionados a la cultura y deportes urbanos, familias que acuden para disfrutar de las acrobacias, la música o las exhibiciones de grafiti. Cada año son también más quienes siguen las competiciones a través de Internet.
