La nueva senda peatonal y para ciclistas que el Concello de Vigo ha comenzado a habilitar en uno de los tramos de la popular ruta del agua, entre Vigo y el embalse de Eiras, se ha encontrado ya con los primeros obstáculos. Se trata de multitud de vehículos que estacionan a diario sobre ella y que impiden que sus usuarios circulen con normalidad, poniendo incluso en riesgo su integridad al verse obligados a salir constantemente de ella para evitarlos. Por ella discurre además parte del Camino de Santiago Portugués.
Se trata de la primera fase de puesta en valor de esta ruta peatonal en la que se han invertido más de 100.000 euros para la adecuación de los primeros tres kilómetros. Son los que van desde los depósitos de Aqualia en dirección a Chapela. Aunque todavía queda un tramo por hacer, la senda está prácticamente terminada. Pero sus dos metros de ancho han comenzado a perder su utilidad para garantizar la seguridad de los caminantes y ciclistas que la transitan a diario, especialmente los fines de semana. Si bien es cierto, por el momento no existe ninguna señal que impida estacionar, pero la senda está perfectamente delimitada y pintada, lo que no ha sido suficiente para disuadir a los pilotos para que no estacionen sobre ella sus vehículos.
Además de este paseo, la obra incluye la creación de zonas de descanso cada 500 metros, una marquesina de madera y el refuerzo de la señalización.
