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I+D universitario al servicio del Ejército

La Escuela Naval de Marín acoge un congreso sobre defensa y seguridad que reunirá a 230 expertos del mundo militar y académico -Varios grupos de Vigo presentan sus estudios

R. Grobas

Utilizar pantallas vegetales para lograr la "invisibilidad" de los objetivos militares frente al radar, detectar munición sin explotar mediante tecnología infrarroja o alertar sobre el tráfico ilícito de material radioactivo en contenedores a través de la tomografía. Son algunas de las aplicaciones que los investigadores de la Universidad de Vigo presentarán en el III Congreso Nacional de I+D en Defensa y Seguridad que se celebra la próxima semana en la Escuela Naval Militar de Marín.

El encuentro está organizado por el Centro Universitario de la Defensa (CUD) y reunirá los días 19 y 20 a unos 230 expertos del Ejército y de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, así como procedentes de instituciones académicas de todo el país. Además se celebrarán dos ponencias sobre construcción naval e ingeniería en las que participarán, entre otros, la Armada, Navantia, Rodman, Armón, CTAG y Gradiant.

El congreso nace vinculado a la actividad de los cuatro centros universitarios de la Defensa creados desde 2009 en las academias de San Javier, Madrid, Zaragoza y Marín con adscripción a las universidades de Cartagena, Alcalá, Zaragoza y Vigo para que los oficiales puedan obtener un título. El CUD de la Escuela Naval se estrenó en 2010 e imparte Ingeniería Mecánica.

"En conjunto sumamos 150 profesores y una capacidad para trabajar en investigación que no existía hace 6 años. Nos pareció interesante crear un congreso que sirviese de foro de intercambio de experiencias y también lo abrimos a las universidades. Antes se celebró en Madrid y Zaragoza, el siguiente será en San Javier y la voluntad es que vaya rotando por los cuatro centros", explica José María Pousada, director del CUD de Marín.

Entre un 35 y un 40% de los asistentes al congreso proceden del mundo académico. La mayoría de ellos pertenecen a las escuelas viguesas de Telecomunicación, Industriales y Minas, además de a otros centros de las universidades de Santiago y A Coruña. "Pero también vendrán a Marín investigadores de Madrid, Valencia o Málaga, lo que es todo un mérito", apunta.

El CUD cuenta con profesorado propio procedente, casi en su totalidad, del campus vigués, y cuya actividad investigadora, destaca Pousada, que también fue director de la Escuela de Telecomunicación, beneficia a los alumnos: "Cinco docentes han leído su tesis desde que están aquí. Hacer I+D beneficia tanto a la Armada como a los estudiantes, que reciben una mejor formación. Si un profesor investiga sobre motores de interés para la Armada puede aplicar este conocimiento a sus barcos y además enseñar a los alumnos a trabajar con realidades que se van a encontrar después".

La plantilla del CUD también se "apoya" en sus colegas del campus. "Contar con un centro adscrito de estas características es interesante para la Universidad en todos los sentidos, tanto por lo que hacemos en investigación como en docencia, y puede ayudarle a abrir nuevas vías. Esta relación nos beneficia a todos", señala.

De la misma opinión es Íñigo Cuiñas, actual responsable de la Escuela de Telecomunicación. "Ya hay grupos que colaboran directamente pero el congreso ayuda a que dos mundos que a veces están poco conectados se conozcan. Es muy interesante para hacer networking y contactos con diferentes ramas del Ejército y cuerpos de seguridad de todo el país. Supone una oportunidad para que nosotros podamos enseñarles cosas que hacemos y que les interesan o proponerles otras nuevas".

Varios grupos del centro presentarán sus estudios sobre detección de ciberacoso en redes sociales o autentificación de documentos y el equipo de Cuiñas propondrá aplicar sus investigaciones sobre la propagación de las ondas en entornos complejos para radar y comunicaciones móviles o de emergencia a una nueva misión: lograr la "invisibilidad" de un tanque.

"Hemos establecido unos coeficientes relacionados con la densidad para poder determinar cuánta vegetación sería necesaria para poder camuflarse del radar. No es sencillo porque entran en juego muchas variables como la humedad, el tipo y tamaño de la hoja o cómo se mueve con el viento", comenta. Sus estudios también pueden utilizarse al revés, es decir, para determinar el tiempo de observación necesario en una determinada dirección para detectar blancos ocultos por vegetación.

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