La torre del Xeral acaba de entrar en el club de los edificios sexagenarios. El día 16 de septiembre se cumplieron seis décadas desde que se inauguró con el nombre Residencia Almirante Vierna. Desde entonces el hoy bautizado como "Pirulí" ha ido ganando sucesivos añadidos y ampliaciones, al tiempo que consolidaba su huella en el skyline del casco urbano y se convertía en una pieza clave de la historia local -entre sus paredes han llegado al mundo 240.000 vecinos de la ciudad y su comarca-. A lo largo de los últimos 60 años se ha asentado, además, como un motor del comercio y la hostelería del entorno de la calle Pizarro.

En ese punto de su historia el emblemático edificio se ve obligado a "reinventarse", a buscarse una segunda vida con un uso todavía por definir. Con la reordenación sanitaria que acarrea la apertura del Hospital Álvaro Cunqueiro los servicios que albergaba la torre se mudan a otros centros, quedándose vacía. De sus algo más de 54.300 m2 -distribuidos en 18 plantas- solo se mantendrá operativo el Anexo II. El resto está pendiente de lo que acuerden las Administraciones, que deberán decidir qué destino dan a la torre. El inmueble es propiedad de la Tesorería General de la Seguridad Social -Ministerio de Empleo-, pero está cedido al Sergas. En su interior se mantienen de forma temporal un TAC y el servicio de laboratorio.

Poco después de su sesenta aniverario, el 24 de septiembre, los últimos pacientes ingresados del Xeral se trasladaron al Álvaro Cunqueiro. Hosteleros y comerciantes ya han visto cómo se resienten sus negocios y merma la facturación.