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La Escola de Gaitas arranca al ralentí

La sede viguesa retomó sus clases en el Ifevi pese a no contar con subvenciones ni ayudas de la Diputación -La conforman 180 alumnos frente a las 270 matrículas del pasado año

Alumos de la Escola de Gaitas, ayer, en una clase. // José Lores

Tras meses de parón y dificultades económicas tras el cese de la subvención de 140.000 euros que la Diputación de Pontevedra les emitía, el sonido de las gaitas, flautas y demás instrumentos vuelven a sonar en Vigo. Y lo hacen únicamente con presupuesto que sale del bolsillo de su director, trabajadores, padres y alumnos. La Escola de Gaitas e Percusión de la Diputación abrió ayer sus puertas a los vigueses en el mismo recinto de los últimos diez años, en Ifevi.

Su director, Hipólito Cabezas afirma que no se trata de un emplazamiento definitivo, ya que están estudiando otras dos localizaciones donde llevar a cabo sus ensayos hasta final de año.

Su nula financiación y por lo tanto, problemas de subsistencia a los que ha tenido que hacer frente la Escola, motivó que el número de matriculados descendiese con respecto al año pasado. Ante la posibilidad de desaparecer por no contar con dicho apoyo económico, muchos decidieron buscar otras alternativas. "Al término del curso anterior eran 270 los alumnos en Vigo. Este año empezamos con 180", añade el director. Un bajón del 34% que podría mitigarse una vez se abra el plazo para nuevas matrículas, cerrado desde que se conoció el dictamen de la Diputación de Pontevedra de retirarles la única subvención con la que contaban.

Las clases del nuevo curso comenzaron a las 18.00 horas con los grupos más pequeños y se alargaron hasta las 21.00 horas con los más mayores de la agrupación.

Mensualidades de 15 euros

Independientemente de la edad, y como novedad este año, los alumnos, además de su matrícula de 25 euros, deberán pagar una mensualidad de 15 para hacer frente a los gastos de la Escola, cifras insuficientes en palabras de Hipólito Cabezas. "Teníamos que cobrar algo, sino no podíamos seguir. Los estamentos oficiales siguen sin hacernos caso, así que buscamos financiación pública o privada. A pesar de no tener nada atado aún, decidimos arrancar, sino estábamos acabados", explica Cabezas.

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