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De la Universidad a la Fórmula 1

Cientos de estudiantes de Vigo prueban un simulador de velocidad buscando ser el universitario más rápido del territorio nacional

GALERÍA | Estudiantes de la UVigo prueban el simulador de F1. // J. LoresGALERÍA

Muchos soñamos con poder conducir un monoplaza de Fórmula 1 sin embargo también sabemos que no lo lograremos nunca. O tal vez sí. Por el momento los que más cerca lo han tenido fueron los estudiantes de la Universidad de Vigo gracias al programa Motorhome Santander 2015.

Los aspirantes a Fernando Alonso tuvieron la oportunidad de probar un simulador "bastante real y profesional" de Fórmula 1 en un trazado creado especialmente para la ocasión. "Las reglas son sencillas. Cada participante tiene que dar tres vueltas a la pista en el menor tiempo posible. Compiten en grupos de seis y el que consiga ser el más rápido en categoría masculina y femenina participará en la final de la prueba que se celebra en Madrid, y donde el campeón se llevará una invitación doble para el Gran Premio de Gran Bretaña de Fórmula 1 en Silverstone", explica María Estela, una de las organizadoras de este evento deportivo.

Goteo incesante de "pilotos"

No sabemos si la rapidez será el fuerte de los estudiantes de la UVigo, pero en participación dejan claro que están a la cabeza de las demás universidades. Cientos de alumnos se acercaron desde primera hora de la mañana al motorhome del equipo Ferrari situado donde el rectorado para poder competir en el campeonato. Los grupos eran de seis personas, competían a la vez y contaban con la ayuda de un speaker que al más puro estilo Antonio Lobato iba retransmitiendo la carrera, posiciones y tiempos de cada uno de los pilotos.

Resulta imposible poder sentir lo que realmente siente un auténtico piloto de Fórmula 1, sin embargo los participantes no dudaron en alabar el "realismo" del simulador. "Está genial, pensábamos que sería como en el ordenador pero que va, le da mil vueltas. El asiento se movía mucho y a la mínima que girabas el volante, te salías ya de la trazada, es más complicado de lo que parece", explica Manuel Gómez.

El simulador llega a una velocidad máxima de 310 kilómetros/hora, obligando a muchos aspirantes a poner a prueba sus reflejos. "No es nada fácil, desde fuera sí parecía como un juego de ordenador pero hay que estar muy atento a la pista, tiene una zona de chicane que es bastante compleja, pero ahí está la gracia en que sea realista y que cueste hacerla bien, sino todos seríamos pilotos", comenta Adrián Pérez, quien, junto al resto de amigos, entrenan sus reflejos en una prueba de agudeza visual previa a la carrera.

Llama la atención, también a sus organizadores, la ausencia femenina en el evento. "Creo que es la universidad en la que menos chicas han participado", añade uno de los organizadores. Antía Fernández es la excepción que confirma la regla, pero en este caso por partida doble, ya que fue la campeona de su serie, ganándole a todos sus amigos. "Me gusta esa sensación de velocidad, repetiría con lo ojos cerrados. No me esperaba para nada ganar, sobre todo porque nunca cogí un coche, es más, no tengo carné", comenta la estudiante de Ingeniería de Telecomunicaciones.

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