Una mujer nacida en 1927 fue hallada muerta en su casa, donde se estima que llevaba casi tres semanas fallecida. Fueron los vecinos los que dieron la voz de alarma al percatarse de que llevaban tiempo sin verla y también al notar mal olor.

Este fue solo uno de los diez casos de muerte natural, y sin ningún tipo de violencia, en los que tuvo que intervenir el Juzgado de Instrucción nº1 de Vigo en su semana de guardia, desde el pasado martes hasta ayer. Todos eran personas de más de 50 años de edad.

El forense tuvo que realizar autopsia en nueve casos al considerarse muertes judiciales porque los facultativos no pudieron certificar la causa de la muerte por no ser evidente. Solo en una ocasión, la presentación de certificados médicos sobre una dolencia evitó el examen forense.

El servicio de Patología Forense de Vigo realizó el pasado año 355 necropsias, 167 de ellas por muerte natural. Las enfermedades cardiovasculares causaron la mayor parte de los fallecimientos.