Uno de cada siete niños que quieren iniciarse en el estudio de la música en el Conservatorio Profesional de Vigo se queda con las ganas. El centro del barrio de A Florida, al límite de su capacidad desde el curso 2013-204, tiene la mayor lista de espera de los siete gallegos. De hecho, concentra más de la cuarta parte de ella (el 26%).

El conservatorio recibió este curso 737 solicitudes de ingreso. No lograron plaza 90, a pesar de que la demanda descendió en un 9%. Su director hasta el pasado mes de junio, Esteban Valverde, entiende que esta caída responde a movimientos cíclicos, pero no se trata de una tendencia. El pasado año académico (2014-2015), el centro alcanzó su máximo histórico de peticiones de matrícula (812) y, por tanto, de lista de espera: hasta 160 niños, a pesar de que forzó su cupo aceptando dos alumnos por encima de su límite (652).

De los siete que gestiona la Xunta, el de Vigo concentra una sexta parte de la oferta. Es el segundo en número de plazas, tras A Coruña, que le supera en un centenar. En lista de espera se invierten los papales. Vigo lidera el ranking y le sigue el de A Coruña, con 68 aspirantes excluidos este curso.

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En el centro de A Florida, este curso, las especialidades con más demandas desatendidas han sido las de flauta travesera (65), piano (35) y gaita (20).