La cuadratura del círculo para una norma legal. El Partido Popular gallego asegura que su intención es poner en marcha la Ley del Área Metropolitana de Vigo cuanto antes, al tiempo que ha elegido el mecanismo político más lento y complicado imaginable, el que precisa de más tiempo y de un encaje casi imposible.

La formación que preside Alberto Núñez Feijóo presentó ayer en el Parlamento una propuesta de resolución que se aprobará hoy en el Debate del Estado de la Autonomía en la que fija la entrada en vigor de la norma en 2016, al tiempo que insta a la Xunta a "completar el proceso de diálogo con el Concello de Vigo y los otros 13 concellos, escuchando a todos los grupos políticos que integran las respectivas corporaciones, con el fin de consensuar las modificaciones que procedan".

Los cambios propuestos por el alcalde Abel Caballero al propio Núñez Feijóo durante su entrevista el pasado mes de julio en Santiago apuntaban a dar un mayor peso a Vigo en los órganos de dirección del Área, en consonancia con su dimensión demográfica y económica, aunque para presidir la institución serían necesarios los apoyos de varios regidores. Feijóo aceptó el envite entonces y mostró su disposición a darle un impulso definitivo a la ley. Ya han pasado tres meses desde entonces.

Por eso, la declaración que impulsaron ayer los populares es una suerte de arre y so. Por una parte pone fecha a la entrada en vigor de la ley y, por otra, opta por un proceso que si se cumple en su literalidad podría resultar interminable, al hacer partícipe de la reforma a decenas de grupos municipales de las 14 corporaciones.

La posición del PP gallego se produce días después de que Núñez Feijóo asegurase en una entrevista a FARO que su propósito es que el Área fuese realidad el próximo año. Y después de que Caballero hubiese denunciado que detrás de este proceso de supuesta participación implementado por la Xunta se ocultaba la intención de retrasar su puesta en marcha.

Porque la realidad es que la inmensa mayoría de los regidores de los 14 ayuntamientos, con independencia de su ideología, han manifestado su interés en que el Área Metropolitana sea realidad cuanto antes, al entender que mejoraría la calidad y la eficiencia de los servicios y redundaría en un beneficio ciudadano. Y, en conjunto, también han expresado su apoyo a los cambios que pretende introducir Vigo en el texto normativo.

Además, la situación política ha cambiado desde las últimas elecciones municipales. El PP dirige ahora una minoría de concellos del Área, por lo que Vigo ha ganado nuevos y valiosos apoyos a sus cambios. La propia Xunta es consciente de ello, porque así se lo están transmitiendo los diferentes alcaldes en las reuniones que está manteniendo.

La iniciativa parlamentaria del Partido Popular, recubierta por ese deseo de un gran consenso municipal, en realidad supone un largo rodeo en un momento en el que precisamente el tiempo no es lo que sobra. Porque el próximo año también será electoral -comicios autonómicos-, y como se sabe se abre un periodo en el que los pactos entre adversarios políticos brillan por su ausencia.

El PP a última hora de la noche transaccionó su iniciativa con el Grupo Mixto para añadir la petición a la Xunta para "intensificar el asociacionismo municipal y la racionalización de la estructura territorial de Galicia".